Fotos: Herberth García
Las comunidades asentadas en el corazón de la Biosfera Maya, Petén, han sabido obtener provecho de la planta ornamental del xate para sus ingresos económicos, además de contribuir a la conservación de la biodiversidad local.
A pesar de las adversidades climáticas y de variaciones en la constitución de la planta, los pobladores se acogieron al modelo forestal concesionado del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap), lo que permitió no solo la conservación del vegetal y el cuidado de las áreas de sus jurisdicciones sino la apertura y comercialización a mercados extranjeros de los productos no maderables.
En los últimos tres años, los ingresos de las comunidades por la comercialización y exportación ascienden a Q13.24 millones, y Estados Unidos de América es el principal comprador desde 2005.
En la cosecha, desarrollo y promoción de los productos participan 269 mujeres y 395 hombres en la cadena de valor de artesanías, en los que se incluyen ramón y chicle, a través de la Asociación de Comunidades Forestales de Petén (Acofop) y tienen apoyo internacional y del Conap.
Los comunitarios cuentan con infraestructura, maquinaria y cadena de resguardo en frío. Un xatero trabaja un promedio diario de 1200 palmas, las cuales se regeneran cada 3 meses.