Ing. Carmelo Durán
Comparto unas reflexiones que si bien las hice hace ocho años, para el Mundial de Futbol Brasil 2014, considero también que se aplican al último Mundial realizado en Catar 2022.
Tanto en 2014 como en 2022, ha habido resultados sorpresivos; por algo la palabra “rompe quinielas” ha sido recurrentemente mencionada durante la primera etapa de competición.
Ya en otros aportes he comentado que no hay nada seguro en cuanto a resultados. Hoy día, cualquier equipo se le pone “de tú a tú” a los que tradicionalmente han sido considerados grandes. Vimos “irse a casa” a las selecciones de Inglaterra, España, Alemania, que desde un inicio eran favoritas.
Tengo la suerte de compartir actividades profesionales y de amistad con personas de varios países, que asistieron a este Mundial. Y la verdad, sí me da envidia verlos celebrar los logros que han tenido en dicha actividad deportiva.
Sí se puede. La única condición es que queramos triunfar, que no tengamos miedo al éxito.
La final en este último Mundial ha sido de los partidos más emocionantes que recuerdo haber visto. Al final del primer tiempo, parecía que ya todo estaba definido a favor de Argentina; sin embargo, el segundo tiempo reaccionó Francia haciendo que todos los pronósticos cambiaran. Se fueron a tiempos extras y a tiros de 12 pasos. Desde mi punto de vista, cualquiera de ambos equipos podía ganar.
Ya sabemos el resultado de la final, el cual favoreció a Argentina. De ello quiero resaltar dos observaciones. La primera es que el entrenador de dicho equipo no tenía, por decirlo de alguna manera, la experiencia de los demás entrenadores de los otros cuadros. Esta fue su primera oportunidad. Creo que más de algún reclutador de recursos humanos podría haber dicho que no tenía la experiencia, competencias, capacidades para una tarea tan grande e importante. Máxime que era la última oportunidad de Messi para lograr ganar el único campeonato que le hacía falta a su gran carrera deportiva. La segunda observación fue el enorme desborde de los argentinos en la celebración de la victoria. Las imágenes mostraban las calles repletas de aficionados celebrando.
De estas observaciones extraigo las siguientes reflexiones: La primera, ¿será que hoy día son más importantes la actitud, el liderazgo, las ganas y deseos para triunfar? La segunda reflexión, lo importante de los triunfos para unir a las personas. Que no sean desastres naturales los que provoquen esa unión, sino logros de país.
En la Comisión Presidencial de Gobierno Abierto y electrónico (GAE), estamos trabajando y dando lo mejor de cada uno de los integrantes para lograr la implementación por parte de las instituciones del Organismo Ejecutivo, del Decreto 5-2021 Ley Para La Simplificación De Requisitos Y Trámites Administrativos, el cual tiene por objeto modernizar la gestión administrativa por medio de la simplificación, agilización y digitalización de trámites administrativos, utilizando las tecnologías de la información y comunicación para facilitar la interacción entre personas individuales o jurídicas y dependencias del Estado.
Haciendo una analogía a lo que comentaba anteriormente, la Comisión GAE es el entrenador que, con toda la actitud, ganas y deseos de triunfar, ha estado guiando a las instituciones para que logren cumplir con los tiempos y de la mejor forma lo que dicha ley establece.
De tal manera que, como país, tengamos un triunfo que una a todos los guatemaltecos y celebremos de manera conjunta. Sin distinción de ninguna clase y que sea el inicio de muchos más.
Las personas que me conocen y con las cuales he tenido la oportunidad de interactuar en temas de trabajo, saben que mi mantra es: Sí se puede. No tengo duda de ello. La única condición es: que queramos triunfar, que como dice una frase que escucho frecuentemente: no tengamos miedo al éxito.