Leonel Guerra Saravia
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En Guatemala, el homicidio consiste en la privación de la vida a un ser humano. El Código Penal lo define en un sentido amplio, pues bajo la misma rúbrica abarca diversos delitos tales como el homicidio simple (Ar-tículo 123), el homicidio culposo (Artículo 127) y el asesinato (Artículo 132), entre otros. El homicidio es causar la muerte de otra persona. Jurídicamente, es un delito que consiste en matar a alguien, por acción u omisión, con intención o sin intención, sin que concurran las circunstancias de alevosía, precio o ensañamiento, propias del asesinato. Supone, por tanto, un atentado contra la vida de una persona física, bien protegido por el derecho. El homicidio se considera una conducta, y podemos clasificarla como conducta de acción cuando el sujeto activo efectúa los movimientos corpóreos necesarios para producir el resultado de la muerte del sujeto pasivo, y conducta de omisión u omisión impropia, en la que el sujeto activo deja de hacer lo que de él se esperaba como tutor de una vida y debido a ello se produce como resultado la muerte del sujeto pasivo.
Por ejemplo, una madre que deja de alimentar a su hijo, con el resultado de la muerte de este, sería un caso de homicidio por omisión, puesto que la madre es responsable de mantener con vida a un individuo que no puede hacerlo por sí mismo.
En Roma, las primeras leyes hechas por Numa condenaban a muerte a los homicidas. Tulio Hostilio hizo otra ley para castigar a los homicidas con motivo de la muerte cometida por uno de los Horacios. Por ella dispuso que los decenviros serían los jueces de esta clase de delitos, de cuya sentencia podía apelar el reo al pueblo: pero si la sentencia quedaba aprobada o confirmada, el culpable era ahorcado de un árbol, después de haber sido azotado, en la ciudad o fuera de ella.
Entre las múltiples variables que pueden influir en la tasa de homicidios en un país, las investigaciones destacan las siguientes: la renta per cápita, las desigualdades sociales y económicas, el acceso a armas de fuego, una educación de baja calidad, un Estado de derecho y gobernanza inefectivos, etc. Para poder seguir combatiendo al crimen organizado internacional, es necesario aumentar la cooperación internacional y el intercambio de información, para que sea posible disminuirlo en primer término y luego ir desmantelando estas organizaciones de carácter global y sofisticado que han explotado los cambios económicos. En resumen, todos debemos unirnos para evitar los homicidios, y apoyar a las autoridades pertinentes.