Frank Gálvez
Locutor y Periodista
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Durante las primeras semanas del año, generalmente nos enfocamos en lo que está por venir. No soy una persona de resoluciones, más bien de soluciones. Y a pesar de ello, sé que este es un momento perfecto para meditar en el año pasado y llevar las experiencias que asimilamos al nuevo año.
Todos nos esforzamos por mejorar, cualquiera que sea la definición de “mejor” para cada uno de nosotros. Cuando establecemos objetivos razonables para nosotros mismos, tenemos una buena oportunidad de lograr esos objetivos. Sin embargo, las resoluciones de Año Nuevo que a menudo se hacen son mucho más “cimeras” y difíciles de lograr.
Así, cuando no obtenemos resultados inmediatos, nos frustramos, abandonamos cualquier idea de autoprogreso y al final, abrumados, terminamos abriendo las redes sociales, observando los grandes logros de alguien más, siendo testigos de lo que pudimos ser, y no somos. Esto no es viable: si realmente queremos que 2023 sea nuestro año, debemos tirar lo viejo para dejar espacio para lo nuevo.
”La madurez es cuando dejas de quejarte y poner excusas, y comienzas a hacer cambios“
(Roy Bennett).
Entonces, ¿cómo puedes pasar de crear una lista de resoluciones que puedes dejar de lado porque “siempre estas ocupado”, a ser realmente proactivo sobre lo que hay en esa lista y hacerlo? Primero, es más probable que seas proactivo si mantienes las cosas simples. No te límites a escribir una lista superlarga donde entre tanta cosa terminarás divagando.
Elije tres resoluciones que sean muy importantes para ti. O las que quieras, manteniéndolo realista. Pero siempre enfócate en tu Top-3. En segundo, si estás buscando una resolución para cambiar tu vida, establece una fecha límite para cada una, y que no sean abstractas. Agéndalas al menor tiempo posible. Tu cerebro y la dopamina harán magia. ¿Por qué? Porque finalmente hiciste algo.
Tomaste acción. Finalmente, tómate un momento mientras escribes tu lista para pensar cómo cada resolución te acerca a convertirte en la persona que te gustaría ser. Piense en los detalles: de qué tipo de logros estarías orgulloso, qué tipo de estilo de vida tendrás, qué tipo de compañía conservarás, qué relaciones disfrutaras, a qué cosas dedicaras tu tiempo y energía.
Todo ello es vital para hacer funcionar tu proyecto de vida este nuevo año. Es hora de limpiar el desorden. Y así, paso a paso, notarás que la vida se abre ante ti para darle cabida a todo cuanto siempre has aspirado. ¡Desde estas líneas, te mando mis mejores deseos para que conviertas tus proyectos en realidades!
