Enrique Baquero
Investigador del Instituto de Biodiversidad y Medioambiente de la Universidad de Navarra.
En los suelos crece la mayoría de las plantas y se dan los ciclos de los nutrientes (nitrógeno, fósforo, azufre, potasio, calcio, magnesio y micronutrientes) que necesitan; los suelos, con clima y topografía, pueden determinar el agua disponible para las plantas; según sean sus condiciones (presencia de agua, aireación, acidez, presencia de metales pesados) permiten, o no, su presencia; y por todo lo anterior, los suelos y sus habitantes se influyen mutuamente y forman una pirámide trófica que descompone la materia orgánica.
Se sabe poco sobre ellos, pues solo se ha identificado alrededor del 1 por ciento de los microorganismos que habitan en ellos (se conocen el 80 por ciento de las plantas). Según el tamaño, pueden ser clasificados en tres grandes grupos: microbios y microfauna (menos de 100 micras); mesofauna (entre 100 micras y 2 mm); y macrofauna (más de 2 mm).
Desde el punto de vista taxonómico, su clasificación es mucho más compleja: bacterias; hongos; protozoos; invertebrados muy pequeños: rotíferos, tardígrados, nematodos, y muchos más; invertebrados pequeños, insectos: ácaros y colémbolos (sobre todo); insectos, sobre todo larvas, y lombrices.
Desde el punto de vista taxonómico, su clasificación es mucho más compleja.
Por qué es importante el suelo y su biodiversidad
El suelo es, en una gran medida, el gran soporte de la vida terrestre. Su papel es esencial en relación con el ciclo de nutrientes, y también en parte del ciclo del agua. Puede ser muy diferente en composición, por ejemplo, en la cantidad de materia orgánica que incluye, pero también por su profundidad.
Por otra parte, la biodiversidad es una cualidad esencial de los ecosistemas naturales. Según sea su estado, estos ecosistemas “funcionan” o no. Ante una disminución o alteración de la biodiversidad del suelo (en cantidad y variedad) las funciones relacionadas con ella se verán alteradas.
Algunas de estas funciones (servicios ecosistémicos) son claves para su supervivencia. Entre otras razones, esa diversidad es crítica porque: colabora en la descomposición de la materia orgánica; es esencial para mantener el ciclo de los nutrientes del ecosistema; es necesaria para la correcta nutrición de las plantas; mejora la entrada y almacenamiento del agua en el suelo; proporciona resistencia a la erosión pues colabora en dar estructura al suelo; mantiene bajo control a las plagas, parásitos y enfermedades; y ayuda a la captura de carbono, y es importante en los ciclos de otros gases.
La biodiversidad del suelo influye críticamente en la agricultura, ya que puede mejorar su sostenibilidad.
Continuará…