En el Teatro Dick Smith del Instituto Guatemalteco Americano (IGA) se presentó, el pasado miércoles, la ponencia del estudio de 83 cartas enviadas por el artista guatemalteco Roberto González Goyri a su entonces novia Carmen Pérez Avendaño, entre 1948 y 1952. El doctor en Artes y Letras Miguel Flores Castellanos restituyó el escenario artístico que encontró el creador guatemalteco, cuando esta urbe se transformaba en el epicentro del arte del mundo.
La investigación les fue posible al Departamento de Letras y Filosofía de la Universidad Landívar y a la familia González Pérez, la que permitió el acceso a este material. El libro está programado para
publicarse en 2023.
Flores Castellanos es doctor en Artes y Letras por la Universidad Nacional de Costa Rica y ha realizado otras investigaciones sobre la obra del pintor, escultor y muralista.
Ana Lucía González, una de las hijas del maestro, expresó su agradecimiento porque su mamá guardó con amor las 83 cartas que define como un tesoro y fueron escritas durante un contexto histórico porque fue cuando su padre estudiaba escultura en Nueva York. Además, recordó que en dos años se cumple el centenario del nacimiento del creador que entre su obra pública destacan los murales del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), la fachada poniente del Banco de Guatemala y más.
De acuerdo con Flores, esta correspondencia ha sido escudriñada y analizada desde 2020 y sigue trabajándose, incluso bromeó porque ya sus editores están solicitándole que finalice para ser publicada.
Durante su disertación, resumió los mensajes que encontró sobre cómo fue la situación del arte en Estados Unidos, el discurso amoroso de la época, cómo mantuvieron la atención en su relación a pesar de la distancia y los detalles como el papel aéreo (inexistente ahora) en la que fueron escritas las misivas.
“Me cautivó la caligrafía con la pluma fuente y letra impecable”, aseveró.
Se admiró sobre cómo describía sus visitas a los museos y le brindaban esa experiencia visual y también la profundidad de la estética al detallar las funciones artísticas que admiraba en sus días en La Gran
Manzana de aquellos años.
El público se mostró ansioso por leer el libro que contiene también imágenes de grandes artistas y
paisajes de la gran ciudad.