Luis Montuenga
Decano de la Facultad de Ciencias, Universidad de Navarra
De hecho, la incidencia y la mortalidad por cáncer de pulmón están ya disminuyendo ligeramente en los varones. El efecto de las políticas contra el tabaco se está empezando a notar. Además, los programas de detección precoz de cáncer de pulmón mediante TAC de baja dosis se ofrecen ya a nivel poblacional en varios países desarrollados. Hace unas semanas, después de varios años de inexplicable silencio, la Comisión Europea ha recomendado a los países miembros que introduzcan progresivamente este cribado en la cartera sanitaria pública. Esta nueva herramienta de prevención, que detecta el cáncer de pulmón en fases muy iniciales, se ha demostrado eficaz en varios ensayos clínicos de los últimos veinte años.
Hablamos de tumores asintomáticos, que crecen quizás durante años en el pulmón del paciente. Si no se detectan a tiempo, y estos tumores ya producen síntomas, es señal de que están muy avanzados, y de que muy probablemente no serán susceptibles de una intervención quirúrgica, por lo que su pronóstico es mucho peor. Desgraciadamente, más de un 70 por ciento de los casos de cáncer de pulmón se diagnostica hoy en día en fases inoperables. De ahí la importancia de desarrollar y optimizar la detección precoz. Los científicos expertos de la Unión Europea que han asesorado a la Comisión han subrayado el interés de seguir investigando en otras técnicas como marcadores en sangre, ya que estas tecnologías moleculares pueden mejorar el rendimiento de las técnicas basadas en imagen. Nuevas armas terapéuticas. De cualquier modo, el manejo de los pacientes con tumores pulmonares avanzados ha mejorado notablemente en las últimas décadas. La investigación molecular y celular ha llevado a conocer mucho mejor los mecanismos de crecimiento y los talones de Aquiles de los diversos tipos de cáncer de pulmón. Las terapias dirigidas se aprovechan del conocimiento de las alteraciones genéticas más relevantes que determinan la malignidad de algunos tumores. Y la inmunoterapia ha conseguido controlar los trucos moleculares que las células tumorales despliegan para pasar ocultos o frenar la respuesta del sistema de defensa inmune del paciente.
En este campo de la enfermedad avanzada, la investigación se concentra en encontrar nuevas dianas moleculares, en mejorar las herramientas de terapia inmune y, sobre todo, en resolver los problemas de resistencia a los nuevos fármacos, que son frecuentes, pasado un tiempo de su administración. Son muchos los logros conseguidos, muchos los pacientes beneficiados por los estudios que se llevan a cabo en la academia, los centros de investigación o las empresas biotecnológicas o farmacéuticas. No obstante, el resultado es claramente insuficiente y queda mucho por descubrir. Juan Sebastián Elcano fue recibido como un héroe a su llegada a Sanlúcar de Barrameda y fue condecorado por Carlos V, el emperador. De nuestro emperador, el cáncer de pulmón, no esperamos ninguna medalla. El trabajo perseverante e ilusionado de tantos de nosotros, implicados en la batalla contra esta enfermedad, pretende presionar a este emperador de emperadores para que (como ocurrió con el propio Carlos V) se retire a la inactividad de un lugar silencioso o desaparezca para siempre en las brumas de la historia.