António Guterres
Secretario General de las Naciones Unidas
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La violencia contra las mujeres y las niñas es la violación de los derechos humanos más extendida en todo el mundo. Cada once minutos, muere una mujer o niña a manos de su pareja íntima o algún miembro de su familia, y sabemos que otras crisis, desde la pandemia de Covid-19 hasta las perturbaciones económicas, no hacen más que aumentar las agresiones físicas y verbales.
Las mujeres y las niñas también son objeto de la violencia que prolifera en Internet, desde el discurso de odio misógino hasta el acoso sexual, la pornografía de venganza y la coerción sexual por depredadores.
Esta discriminación, violencia y agresión dirigidas a la mitad de la humanidad nos cuestan muy caras, ya que limitan la participación de las mujeres y las niñas en todos los ámbitos de la vida, les niegan derechos y libertades fundamentales y obstaculizan la recuperación económica igualitaria y el crecimiento sostenible que necesita el mundo.
Esta discriminación, violencia y agresión dirigidas a la mitad de la humanidad nos cuestan muy caras.
Es hora de tomar medidas transformadoras para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas. En otras palabras, los Gobiernos deben formular, financiar y aplicar planes de acción nacionales para acabar con este flagelo. En cada etapa de los procesos decisorios, deben estar implicados los grupos populares y de la sociedad civil.
Hay que asegurarse de que se apliquen y respeten las leyes, de manera que se defiendan los derechos de las sobrevivientes a la justicia y la asistencia. Y hay que apoyar las campañas públicas que cuestionan las normas patriarcales y rechazan la misoginia y la violencia.
Sobre todo, como nos recuerda el tema de este año “ÚNETE de aquí al 2030 para poner fin a la violencia contra las mujeres”, hay que defender a los activistas de todo el mundo que piden un cambio y ayudan a las sobrevivientes de la violencia. Insto a todos los Gobiernos a que, para 2026, aumenten un 50 por ciento la financiación que destinan a las organizaciones y los movimientos que defienden los derechos de las mujeres.
Alcemos la voz con firmeza para defender los derechos de las mujeres. Es tiempo de poner fin a la disparidad en las oportunidades de las mujeres y las niñas. Releguemos la violencia contra las mujeres y las niñas a los libros de historia.