Javier Andreu
Catedrático de Historia Antigua y director del Diploma en Arqueología
En dicho solar parece que se adoptó un signario parecido al ibérico, pero, además, con algunas variantes que dieran cabida a signos propios de la lengua vasca. El hallazgo es, sin duda, excepcional, y pondrá la arqueología de Navarra en el centro del debate científico, una vez más en una tierra, como esta, que fue un crisol de culturas en la antigüedad.
Sin embargo, urge ser cauto: reconstruir la vida de las sociedades del pasado a través de los textos (que es a lo que se dedican la Historia Antigua y, en este caso, la Epigrafía, la ciencia de las inscripciones) es lo más parecido a integrar un puzle de muchas piezas, pero en el que, siempre, parece que faltan las fundamentales.
El hallazgo permite constatar algo que ya sabíamos, que había individuos en el solar de la actual Navarra que hablaban vasco, pero, al tratarse de un documento aparentemente privado (y no público) eso no debe llevarnos a pensar que el vasco era la lengua mayoritaria, ni tampoco la de la elite, de las poblaciones del denominado solar vascón que, de hecho, en ningún caso, se extendía (a juzgar por la toponimia y por la teonimia) más allá de la sierras navarras orientales y en el que se hablaron también el ibérico y el celtibérico.
Eso no debe llevarnos a pensar que el vasco era la lengua mayoritaria, ni tampoco la de la elite, de las poblaciones del denominado solar vascón.
De haber sido el vasco la lengua de la elite esta se habría empleado, por ejemplo, en un texto oficial como el de las leyendas monetales, escritas en celtibérico. Esta ‘mano’, por tanto, subraya, con acentos vascónicos, el carácter diverso de Navarra en la Antigüedad y, sobre todo, demuestra las posibilidades que los castros del área central y oriental de Navarra (como Irulegi o Santa Criz de Eslava) tienen para el conocimiento de nuestro pasado.
Invertir en ellos y en su estudio de la mano de las instituciones, que, como la Sociedad de Ciencias Aranzadi, están haciendo posible ese trabajo sería la mejor manera de demostrar que la noticia de ayer, y el boato de su presentación, no quedan solo en una lectura interesada de un simpar documento histórico.