Guillermo Monsanto
Foto: Cortesía Conversatorio sobre tecnología y arte
El lunes 14 de noviembre tuve la oportunidad de presenciar, en calidad de panelista, el montaje Van Gogh el sueño inmersivo. También fueron invitados al evento la gestora cultural Yanira Gálvez Bolaños; el artista visual Juan Pablo Canale, y el periodista Ángel Elías, que moderó el encuentro. El tema central giró en torno a Innovación y tecnología: su aplicación en la plástica guatemalteca.
La charla fluyó orgánicamente y cada uno, desde diferentes posiciones no necesariamente opuestas, reflexionamos sobre el tema, vertimos nuestras ideas y sacamos conclusiones relativas a la experiencia en este campo. De hecho, los tres invitados sugerimos que se realizara un trabajo similar con la obra de Magda Eunice Sánchez -Gálvez-, Ramón Banús -Canale- y Efraín Recinos.
¿Qué fue lo que presenciamos? Primero un área introductoria dividida en dos partes. La línea de tiempo lo sitúa como personaje en diferentes locaciones, en determinados momentos de la historia, a lo largo de su vida. La otra exhibe réplicas de la obra del pintor cuya función, me pareció entender, es la de crear un acercamiento con las temáticas del artista como preámbulo al resto del guion museográfico.
Salí de allí eufórico y lleno de ensoñaciones.
Enseguida comienza la experiencia tecnológica. En un salón (cámara negra) está el holograma de Vincent van Gogh contándonos sus experiencias. El monólogo en francés cuenta con subtítulos en español. Este es una narración, en primera persona, de su vida personal y artística. Es interesante ponerle voz y percibir a este emblemático creador visual como un cálido ser humano.
Contigua está la instalación, a tamaño natural, del Dormitorio en Arles. Espacio en el que el público se puede tomar fotografías y formar parte en uno de los óleos del reseñado. Es interesante observar a las personas enfrentarse a esta experiencia que bien puede ser la iniciación de algunos en el universo del arte. Es de hacer notar que no todos los visitantes han ido a un museo, galería o ha tenido algún contacto con estas disciplinas. De ahí que este viaje puede trasportar al neófito al universo de Van Gogh y de allí a otros autores.
El siguiente recinto, ambientado con exquisita música, es un derroche audiovisual muy bien logrado. Allí uno es parte de la pintura mientras aparecemos de obra en obra. Uno tras otro, los cuadros cobran vida mostrando escenas inspiradoras que trasportan a nuevos portales que conducen, naturalmente, a sentimientos inspiradores. Creo que puedo resumir este pensamiento mencionando que mis sensaciones se tradujeron en felicidad. Salí del lugar eufórico y lleno de ensoñaciones. Con la certeza de haber visto algo trascendente.
La última sala es, también, una ingeniosa instalación. En ella los girasoles se reflejan al infinito en planchas pulidas, y un poco combas, creando formas que se trasforman conforme el invitado se mueve. Este ejercicio, me repito, es una buena e ingeniosa manera de acercar al público no iniciado a las artes.