Patricia Orantes Alarcón
En el artículo anterior expuse sobre la radio; específicamente, sobre sus tres funciones: informar, educar y entretener. También abordé los beneficios de la radionovela y su empleo como una herramienta para sensibilizar a una audiencia sobre temáticas específicas y de interés para organizaciones sin fines de lucro o empresas.
La radionovela constituye uno de los formatos que he explorado recientemente para la generación de contenido de fácil comprensión y de amplia cobertura, tanto geográfica como demográfica, para instituciones que buscan generar un impacto positivo en las comunidades al usar un medio de comunicación alternativo.
En este artículo quiero exponer sobre otro formato radiofónico, y es el de la cuña radial, también denominada spot. La radio digital educativa de Canarias define la cuña radiofónica como el anuncio pregrabado, totalmente autónomo en contenido respecto a los programas en los que se inserta, con una duración media de 30 segundos.
Además, explica que es uno de los formatos más variables y el cual sugiere contenido por medio de difusión de información. Su efecto está basado en la repetición por un tiempo establecido del mensaje, y se caracteriza por la redacción donde menos verbos es mejor.
Una cuña radiofónica es la recreación a través de la voz de escenarios que nos
ubican en tiempo y espacio para difundir mensajes que buscan el cambio de
comportamiento.
Es precisamente su característica de redactar de forma concisa y englobar en mensaje claves, en pocos segundos, uno de los desafíos comunicacionales. Como comenté en mi columna anterior, fue durante la pandemia cuando muchas organizaciones de cooperación internacional, que implementan programas cuyos beneficiarios residen en las comunidades rurales del país, voltearon la vista para emplear como un canal directo de difusión la radio, usando entonces los spots.
En los Términos de Referencia se detalla la mayoría de las veces que los spots deben producirse en español y en idiomas mayas, especialmente k’iche’ y q´eqchi´. Por lo que se inició el proceso con la recolección de información a través de la visita de campo para la observación directa y luego la lectura de documentación sobre el proyecto.
Luego continuó con la redacción de las cuñas y este es el primer reto a afrontar, el poder comunicar un mensaje puntual en pocas palabras, recreando escenas que sean familiares al público meta, al que se dirige el mensaje. El otro reto consiste en la caracterización de los personajes en la locución para concluir con la producción.
Es justamente en el proceso de producción donde se conjugan los elementos de la radio; es decir, la voz, los efectos de sonido, la musicalización y el silencio. La búsqueda de voces es una tarea que requiere tiempo, dedicación y una buena dirección para que los participantes logren el resultado deseado, la caracterización de un personaje.
Agradezco a las organizaciones que me han confiado la producción de sus campañas de comunicación, en donde cada una de ellas he tratado de crear piezas de radio de fácil comprensión y recordación entre sus diversas audiencias.
Recuerdo una campaña desarrollada e implementada en menos de una semana, con la cual se buscaba promover la conmemoración mundial por los 16 días de activismo en contra la Violencia Basada en Género. Esta campaña debía ser transmitida por radio el 25 de noviembre y finalizar el 10 de diciembre, correspondiente a los 16 días de activismo, por lo que fue todo un desafío producir en menos de 3 días dicha campaña.
Estas campañas buscan informar y sensibilizar a las niñas, mujeres y adolescentes sobre cómo prevenir la violencia, así como educarlas sobre sus derechos humanos. Como profesional de la comunicación, la radio ha sido uno de los medios de comunicación de mi preferencia, y con la puesta en marcha de campañas he reafirmado mi vocación de locutora, por lo que invito a los comunicadores sociales de las nuevas generaciones a explorar las ventajas de la radiodifusión.
