Frank Gálvez
Locutor y Periodista
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Empecé a practicar la gratitud en un momento en que me sentía dolido con la vida. Estaba tan concentrado en que las cosas sucedieran de una manera que no era como lo había imaginado, que al principio no podía apreciar el hecho de haber sido bendecido con ellas. Me sentía como un prisionero en cuerpo y mente.
Y francamente estaba agotado de operar en este estado mental. Me di cuenta de que tenía que existir un cambio pronto, porque al final eres lo que haces y piensas repetidamente. Tomé una decisión consciente de concentrarme en la positividad, lo que tenía, lo que iba bien, la forma en que otros luchan junto a mí.
Empecé a darme cuenta de que cuanta más gratitud sentía, más bendecido era con cosas por las que estar agradecido. Una vez que ese patrón se hizo evidente, me sentí más animado a seguir adelante, intencionado en mis propósitos.
”Al comer fruta, acuérdate del que plantó el árbol“ (Proverbio vietnamita).
Ahora me sorprendo en momentos, expresando “gracias, Dios”, en repetidas ocasiones durante el día. A veces es porque sucedió algo bueno, a veces es porque se evitó una desgracia. No importa cuán mala sea la situación, siempre hay algo por lo que estar agradecido. Ser agradecido te ayuda a disfrutar lo que tienes. Te hace más arraigado en los fracasos y en el éxito.
Mantiene tu mente positiva. Como humanos, tenemos una tendencia a centrarnos únicamente en lo que nos está pasando en el momento presente; especialmente, si es algo negativo. Reflexionamos sobre cómo cambiar nuestra situación actual hasta el punto en que empañamos nuestra visión de todo lo demás.
Si bien esta es una respuesta natural, nos olvidamos de reconocer todo lo que va bien en nuestras vidas si solo pensamos en lo que va mal. Ya lo dijo el Dr. Michael Laitman alguna vez: “Por la mañana debemos estar agradecidos de despertar, de que hay luz, aire y todo un día por delante; por la tarde, debemos estar agradecidos por haber pasado ya la mitad del día y que pronto terminaremos la jornada, iremos a casa con nuestras familias; antes de irnos a dormir, debemos estar agradecidos por poder descansar una vez más, y que mañana será un buen día.”
Convertirse en una persona agradecida puede ser difícil; especialmente, si uno se encuentra en una situación opresiva o estancada. La buena noticia es que no es una hazaña imposible. Solo tienes que acostumbrarte a buscar cosas que te hagan sentir agradecido. Cuanto más invertimos en tratar de ver los aspectos positivos de la vida, más fenómenos positivos veremos realmente entrar en nuestras vidas.
