Marlon Leonel García Estrada
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En Guatemala, la juventud está en movimiento. Cada día existen procesos de organización, de colectividad, de reunión de personas en las comunidades, desde juntarse en la esquina a jugar, como también a conversar sobre los problemas que enfrentan y sus posibles soluciones.
Hay definiciones de estos movimientos; entre ellos, grupo, que es una reunión de varios jóvenes que se intercomunican en una relación de amistad e interactúan en una acción cooperativa, con miras a conseguir un objetivo común; y organización, que es una forma de agrupación estructurada que se caracteriza por la visibilidad y visualización concreta de actividades, objetivos, estructura organizativa, procesos regulados de funcionamiento y con un serio propósito de proyección social y comunitaria, ambas pueden estar registradas legalmente o no.
A través de la historia, el movimiento de jóvenes ha estado presente en varios momentos; entre ellos, la revolución liberal de 1871, con Justo Rufino Barrios, y el proceso revolucionario de 1944, entre otros acontecimientos más cercanos en los años 80 y 90, que desembocan con la Firma de los Acuerdos de Paz en 1996, momento de la historia que fortalece y promueve las agrupaciones juveniles en el país.
La organización juvenil es la herramienta para el ejercicio del derecho de participación.
En 2020, Conjuve lanzó públicamente la conformación de un Directorio nacional de organizaciones juveniles. En 3 meses se obtuvo un registro de 365 organizaciones juveniles, las cuales dedican su accionar al deporte, a la cultura, a la formación en derechos, a los emprendimientos económicos, entre otros; y sus ámbitos de acción son en las áreas urbana y rural promoviendo la participación y agrupación de jóvenes; algunos, de la mano de las autoridades comunitarias y otros, con mayor autonomía.
Desde las instituciones de Gobierno se promueve la participación de la juventud, ya sea organizada o no organizada, pero como resultado de las intervenciones se busca que se promueva la articulación y asociativismo juvenil, manifestado en agrupaciones u organizaciones juveniles.
A las juventudes solo queda invitarles a que se sigan sumando a procesos locales, religiosos, deportivos o sociales para ser parte de las soluciones de la comunidad y especialmente de la juventud guatemalteca.