Juan Antonio Quezada Gaitán
[email protected]
Las y los jóvenes tienen en la actualidad más libertades de decisión y mayor acceso a la tecnología, lo cual se ha logrado a través de los teléfonos inteligentes, aparatos tecnológicos y el uso de diversas plataformas y redes sociales; sin embargo, este avance ha traído consigo mayores riesgos, nuevas problemáticas y peligros, lo que requiere de la intervención urgente de la familia, la escuela y las instituciones que se dedican a atender a esta población.
La vida de todo ser humano no es igual, pues cada persona tiene diferentes características, intereses y necesidades, pero existen acciones que aplican para todos; entre ellas, las políticas enfocadas al desarrollo de la niñez, adolescencia y la juventud.
Las y los jóvenes tienen ahora acceso a teléfonos inteligentes y otros aparatos tecnológicos que abren el mundo ante sus ojos, ya que se tiene a la mano información casi instantánea sobre empleo, educación, salud, recreación y otros, que puede orientar o desorientar su toma decisiones y su plan de vida.
Las nuevas tecnologías de la información han traído consigo nuevos riesgos para la juventud que deben ser atendidos.
Esta libertad de acceso a las nuevas tecnologías trae consigo múltiples dificultades para la juventud, como la falta de toma decisiones, pérdidas económicas, relego de sus estudios y de sus trabajos, y el mal uso de su tiempo libre, lo que se materializa en abandono de sus planes de vida y frustración a futuro.
Ante estos retos, las instituciones de gobierno pueden apoyar a la juventud, mediante la promulgación de políticas efectivas para lograr su desarrollo integral; entre ellas, programas de alimentación durante su etapa de estudiante e incentivos económicos para su sostenimiento.
Es necesario que las instituciones pongan a disposición cursos universitarios, cursos libres para desarrollar habilidades blandas y destrezas, así como promover mayor acceso al empleo, para lograr el desarrollo de las capacidades de las y los jóvenes.
Finalmente, el mundo está cambiando a pasos acelerados y muchas ideas tradicionales se han quedado desactualizadas; de allí, la importancia de modernizar las acciones que se promueven desde la institucionalidad y la necesidad de que las y los profesionales aporten conocimientos para estar al día de las nuevas tendencias y realidades.