Selvin Carpio
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En abril de 2020, en plena crisis mundial por el Covid 19, se percibía una sensación semejante a una película de ciencia ficción. Y no era para menos, algunos elementos se prestaban para ello, encierro, aislamiento, mascarillas, escasez de alimentos, agua y medicamentos, la dependencia mediática de los gobiernos del mundo para informar, aunque en este caso con un fin positivo: la supervivencia humana.
Así que, alimentando el morbo de esa sensación sombría y de incertidumbre, me propuse releer cuatro libros de mi adolescencia, todos con contenido distópico: 1984, de George Orwell; Farenheit 451, de Ray Bradbury; En la playa, de Nevil Shute y Trasterra, de Tomás Mojarro. La Distopía pertenece al subgénero de la literatura de ciencia ficción, que se desarrolló por los acontecimientos históricos de mediados del siglo XX y cuyo nombre es tomado en contraposición a la obra literaria Utopía, de Tomás Moro. Nos presenta a una sociedad futura e indeseable en un mundo imaginario, que la lleva a consecuencias extremas y a su deshumanización.
La Distopía pertenece al subgénero de la literatura de ciencia ficción.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, con la detonación de las bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaky, la humanidad tuvo conocimiento de la capacidad destructiva del ser humano y el nacimiento de un nuevo miedo. Consecuentemente surge la novela 1984, inspirada en parte en los regímenes totalitarios de los años cuarenta; posteriormente en los años cincuenta se publica Farenheit 451, cuya temática trata sobre la prohibición de toda manifestación de cultura de ideas y la supresión de la lectura.
En plena guerra fría surge En la playa, que narra los últimos días de la población del planeta la cual ha sido aniquilada casi en su totalidad como consecuencia de una guerra nuclear. Años más tarde de su publicación, la novela estuvo a punto de convertirse en realidad, debido a la crisis de los misiles en Cuba, en 1962; este capítulo de la historia de la humanidad es considerado como el punto más álgido de una confrontación bélica de dimensiones apocalípticas.
Finalmente, en 1973 surge Trasterra, cuya historia acontece pasado un cataclismo cósmico en donde los pocos habitantes del planeta luchan por sobrevivir, dando paso a una conducta prehistórica causante de las guerras anteriores: la ley del más fuerte. Entonces se da un nuevo comienzo y todo vuelve a repetirse, demostrando que la esencia y el instinto del ser humano no desaparecen.