Sr. QU Dongyu, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)
Al menos dos de cada tres personas que padecen hambre extrema son pequeños productores de alimentos de zonas rurales. La tarea crucial es ayudarlos para que puedan alimentarse y alimentarnos a todos.
Es muy fácil que las comunidades sean dejadas atrás cuando se ven estancadas entre la ayuda de emergencia, la labor de desarrollo y los esfuerzos por promover la paz en zonas de conflicto y, en este sentido, debemos mejorar la coordinación de la prestación del apoyo que tanto se necesita y destinarlo correctamente.
Es fundamental que aumente la solidaridad a escala mundial. Por ejemplo, las naciones más vulnerables del mundo necesitan apoyo mundial a fin de poder proporcionar protección social a los segmentos más pobres de su población, de forma que posean los instrumentos necesarios para ser resilientes antes de que les afecte la catástrofe.
Es fundamental que aumente la solidaridad a escala mundial.
Los gobiernos deben centrarse en el bien común y evitar medidas proteccionistas que puedan afectar a los mercados internacionales, a fin de mitigar las posibles perturbaciones del desabastecimiento de alimentos manteniendo el comercio abierto y las cadenas de suministro en funcionamiento.
¿Qué podemos hacer entre todos para que todo ello sea una realidad en varios niveles? Lo fundamental es que todos podemos actuar con eficacia y eficiencia, de forma coherente y con más compasión, dando a conocer nuestra opinión e influyendo en los responsables de las decisiones para asegurar que nadie sea dejado atrás.
También podemos reducir el desperdicio de alimentos, consumir alimentos nutritivos y estacionales, y cuidar de nuestros recursos naturales como los suelos y las aguas. En este contexto, deseo hacer hincapié en la función vital de nuestros jóvenes.
Las ideas de los jóvenes, su entusiasmo y su interés en el futuro deben desempeñar un papel clave para asegurar que la acción y la solidaridad sean el eje central de nuestro pensamiento y nuestra pasión, a fin de lograr las cuatro mejoras (una producción, una nutrición, un medioambiente y una vida mejores), sin dejar a nadie atrás.