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Desde niña, Constanza Salgado fue una apasionada por los deportes, en especial por el futbol. Eso mismo la llevó a conocer el mundo de la kinesiología. Por eso, al salir del colegio la opción de estudiar esta carrera fue bastante fácil. “En primero medio lo decidí. Vi desde muy chiquitita cómo se trabajaba, entonces sabía que quería estar ligada al deporte y no en una oficina, siempre en movimiento”, comenta.
Tras varias lesiones, la alumna de Kinesiología UDD, sede Concepción, optó por otras actividades como la escalada y en quinto año llegó su gran pasión: la bicicleta. Ya involucrada en este mundo, tras egresar en 2011, estuvo algunos años trabajando en Santiago y luego regresó a la capital penquista. En ambas ciudades, siguió desarrollando su profesión vinculada a la rehabilitación de deportistas. Hasta que en 2017 decidió tomar un año sabático.
“En principio solo iba a ser un año, pero finalmente fueron tres. Compramos una casa rodante y nos vinimos desde Canadá hasta Chile. A medida que avanzaba de regreso al país, recorríamos las ciudades en bicicleta. Principalmente, buscando senderos en montañas y cerros”, cuenta Constanza, quien dice que este viaje cambió su forma de ver la vida y desde donde nacieron sus emprendimientos.
Su proyección es replicar estas iniciativas en otros países.
De regreso en Chile en 2020, en medio de la pandemia, retomó su carrera como kinesióloga y se fue a vivir a Las Trancas, en Nevados de Chillán; un lugar en el que sabía que podría seguir disfrutando de la bicicleta, mientras atendía a los pacientes del sector, varios de ellos dedicados a actividades del deporte de montaña.
“Ahí empecé a fusionar mi profesión con la bici. Venía viajando tres años, conocí a un montón de mujeres de toda Latinoamérica con las que había pedaleado, así que pensé en cómo las reúno a todas para que se conozcan. Así que las contacté y les propuse irnos juntas a un viaje a Cusco. Para mí, uno de los lugares más increíbles para andar en bicicleta. Así salió el primer encuentro latinoamericano que hicimos en 2021”, explica la joven de 33 años.
Ahí nació Libres y Salvajes (@mtb.libresysalvajes), un encuentro de mountain bike de mujeres, que para marzo del próximo año proyecta su tercera versión; esta vez, en la Patagonia. Además, Constanza Salgado tiene otro emprendimiento denominado Experiencia Rasa, que viene de un concepto del sánscrito “que es algo así como cuando ves una cosa y se te aprieta la guata y yo trato de generar estas “experiencias rasas” en cada encuentro. Por ejemplo, nos juntamos a recorrer un sendero, a ver amaneceres, puras actividades para salir de la cotidianeidad”.
Su proyección es replicar estas iniciativas en otros países y dejarlo a cargo de las amigas que conoció en sus viajes. “Me encantaría que mujeres de otros países sean embajadoras de Experiencia Rasa o Libres y Salvajes. Que seamos muchas las que podamos ser líderes en potenciar a otras y podamos viajar juntas. Y que la gente, hombres también, no solo vean el deporte como algo bueno para la salud, sino como una experiencia enriquecedora, que te hace crecer e inspira. Así nos acercamos mucho más a lo esencial y a lo importante, de querer la vida y generar un bien común”.