La sequía extrema que sufrió la Unión Europea (UE) en el verano de 2022 afectó al 64 por ciento del territorio e impactó en la agricultura, la generación eléctrica y el transporte fluvial, y si no se toman medidas, los científicos esperan situaciones similares “casi cada año”, señaló el experto del Centro de Investigación Conjunta de la UE (JRC, en inglés), Andrea Toreti, en una comparecencia ante la Comisión de Medioambiente del Parlamento Europeo.
Toreti explicó que “la sequía en algunas partes de Europa empezó en diciembre de 2021”, mientras que “amplias zonas en la península ibérica estaban ya afectadas con una falta severa de precipitaciones en enero de 2022”.