Sebastián toledo
Ante el cada vez más próximo proceso electoral de 2023, las distintas organizaciones de personas con discapacidad han iniciado con diferentes acciones para asegurar la participación del sector en la vida pública y política del país. En cuanto a su intervención en la elección de las autoridades a cada cuatro años, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) ha adoptado medidas técnicas y administrativas para garantizar el derecho al voto, esfuerzos que deben revisarse y fortalecerse, a la luz de la Convención Sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
La convención mandata que los Estados deben garantizar el derecho de la población con discapacidad a elegir y ser electos, la ubicación de centros electorales en lugares libres de barreras y permitir la asistencia personal para quienes lo requieran. Constituyen orientaciones por alcanzarse en Guatemala.
Asimismo, existe la idea de que la asistencia personal afecta la secretividad del voto, pero es una medida que una persona con discapacidad asume con alguien de su entera confianza y que solo ella puede decidir quién puede ser. Respecto del derecho de elegir y ser electos, ya se empieza a observar la inclusión de la temática de discapacidad en algunas propuestas políticas.
La convención mandata que los Estados deben garantizar el derecho de la población con discapacidad a elegir y ser electos, la ubicación de centros electorales en lugares libres de barreras y permitir la asistencia personal para quienes lo requieran.
En lo relativo a la secretividad del voto, en 1990, el TSE emitió el Acuerdo 95-90, que regula la impresión de papeletas en sistema Braille para los electores con discapacidad visual, forma de participación que fue una buena alternativa en su momento. Pero con el transcurrir del tiempo y al surgir nuevas formas, se hace necesario desplazar las boletas Braille, ya que no garantiza del todo un voto secreto.
Un consorcio de organizaciones representativas de personas con discapacidad, las asociaciones: Nacional de Ciegos, de Sordos y de personas con discapacidad a causa del conflicto armado realizaron una serie de planteamientos a los magistrados del TSE. Entre ellos, la sustitución de la boleta Braille por una plantilla de doble cara con casillas identificadas con Braille, a diferencia que la papeleta no lleva la impresión, por lo que el voto queda en secreto.