Lic. Francisco Leal
Dirección de Investigación, DIADI/INAP
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El paso del enfoque sectorial al enfoque territorial del desarrollo departamental significa dejar de ver a los sectores por separado e integrar las diferentes dimensiones del desarrollo. Es decir, pasar de un enfoque basado en proyectos sectoriales a un enfoque integral que vea al territorio y sus potencialidades como un activo, que puede ser generador de múltiples beneficios para sus habitantes.
En síntesis, la característica esencial que lo identifica y le agrega valor al enfoque territorial es que permite el traslado de una visión sectorial, que reduce su atención a una sola dimensión de la realidad del departamento, hacia una concepción multidimensional, que incluye las dimensiones: ambiental, económica, social, cultural y político institucional y los toma en consideración cuando se determinan sus potencialidades.
Además, el enfoque territorial toma en cuenta al capital humano (capacidad de las personas), el capital social (relaciones y redes que facilitan la gobernabilidad) y el capital natural (la base de recursos naturales que existen en el departamento, para impulsar su desarrollo).
El enfoque territorial toma en cuenta al capital humano.
Este enfoque también permite que, en un proceso de planificación basada en el territorio, se reconozca la necesidad de articular las dimensiones urbana y rural para destacar la importancia de las políticas de ordenamiento territorial, autonomía y autogestión, como complemento de las políticas de descentralización y participación ciudadana.
¿Qué vamos a entender por territorio departamental? El concepto de territorio departamental no se refiere solamente el espacio geográfico en el que habitan, descansan, se alimentan y realizan sus actividades económicas o sociales los pobladores de los diferentes municipios del departamento.
El territorio es el conjunto de actores y agentes que lo habitan, con su organización social y política, a través de la cual se ejerce poder, propiedad, control y dominio sobre los recursos disponibles, para realizar sus prácticas sociales y económicas con base en sus intereses, percepciones, valores y costumbres. Incluye el medio físico o ambiente, el capital natural, humano y social del municipio, así como sus potencialidades. En ese sentido, el territorio es un factor fundamental del desarrollo departamental, pues en él sus habitantes pueden encontrar los recursos que requieren para propiciar su propio desarrollo, fortaleciendo su identidad y cohesión social.