Frank Gálvez
Locutor y periodista
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En 1824, Ludwig van Beethoven estrena su última obra orquestal, la Sinfonía No. 9 en re menor, Op. 125. Sin embargo, para 1827, él ya había abordado una décima sinfonía, aunque todo lo que nos queda de ella son bocetos fragmentarios del primer movimiento que comenzó justo antes de su muerte.
Por ello, desde su descubrimiento han existido intentos de completarla: en 1988, el musicólogo Barry Cooper reunió algunos bocetos en un primer movimiento, pero no pudo ir más allá de esta sección debido al material limitado disponible.
Empero, estos fragmentos ahora se han convertido en una pieza musical completa utilizando tecnología de inteligencia artificial, casi 200 años después de la muerte del genio alemán.
Este proyecto fue iniciado en 2019 por un grupo formado por informáticos, historiadores musicales, compositores y musicólogos.
”Hay miles de príncipes y nobles, pero Beethoven solo hay uno“ (Ludwig van Beethoven).
El Dr. Ahmed Elgammal, profesor en el Departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad de Rutgers, explica que su equipo “tuvo que usar notas y composiciones completas de toda la obra de Beethoven, junto con los bocetos disponibles de la Décima Sinfonía, para crear algo que el propio Beethoven podría haber escrito.
Este fue un desafío tremendo. Tuvimos que enseñarle a la máquina cómo tomar un fraseo corto, o incluso solo un motivo, y usarlo para desarrollar una estructura musical más larga y complicada, tal como lo habría hecho Beethoven”. Y así, durante el siguiente año y medio, la IA construyó y orquestó dos movimientos completos, cada uno de más de 20 minutos.
La primera prueba fue ver si una audiencia versada podía determinar dónde terminaba Beethoven y dónde empezaba la extrapolación de la IA. Cuando no pudieron determinarlo, el equipo supo que estaban en el rumbo correcto.
“Hay quienes dirán que las artes deberían estar fuera de los límites de la IA, y que esta no tiene por qué tratar de replicar el proceso creativo humano”, Indica el doctor Elgammal; “sin embargo, cuando se trata de ellas, veo a la AI no como un reemplazo, sino como una herramienta que abre puertas para que los artistas se expresen de nuevas maneras”.
Actualmente, la aplicación de IA en los procesos de composición incluye un armonizador que concierta cualquier melodía al estilo de Johann Sebastian Bach y la sinfonía final de Franz Schubert que fue consumada por la IA de un teléfono inteligente Huawei.
No obstante, ¿es viable usar IA como una suerte de ouija virtual? Sin importar la respuesta, el medio artístico está fascinado.