Londres, EFE – Eterna subcampeona, sin gloria desde 1966 y sin besar nunca un título femenino, Inglaterra, la selección maldita, emergió en la prórroga, derribó a Alemania, su némesis, y conquistó el primer gran trofeo de su historia en Wembley (2-1).
Las inglesas, que acariciaron la victoria durante los 90 minutos, cuando llegaron a los últimos 10 con ventaja gracias a una vaselina de Ella Toone, se toparon con el mazazo del empate de Lina Magull y tuvieron que escavar en una prórroga machacona para certificar el triunfo. Una aparición estrella de Chloe Kelly dejó el trofeo en Wembley y otorga, por fin, un campeonato a este país, que se quita, además, la espina de Alemania.
Una final entre estas naciones nunca puede ser tranquila. Por mucho que el marcador no se mueva, estos dos países tienen varias cuentas pendientes entre sí y sus duelos están empapados de un carácter histórico que se traslada a cualquier tipo de escenario. Con un título en juego, esto no podía cambiar.