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En el Vaticano ultiman detalles para el 38 viaje apostólico del papa Francisco, quien este domingo llegará a Canadá, del cual aseguró es “una peregrinación penitencial” por los abusos que los indígenas sufrieron en internados católicos durante los siglos XIX y XX.
“Queridos hermanas y hermanos de Canadá, como saben, acudiré ante ustedes en nombre de Jesús, sobre todo, para encontrar y abrazar a las poblaciones indígenas”, explicó el pontífice desde la ventana del Palacio Apostólico.
“Lamentablemente –reconoció-, en Canadá muchos cristianos, también algunos miembros de institutos religiosos, han contribuido a la política de asimilación cultural que en el pasado dañaron gravemente en diferentes modos a las comunidades nativas”. Por esa razón, el pontífice argentino recibió recientemente en el Vaticano a algunos miembros de tales comunidades, a los que manifestó su “dolor y solidaridad por el mal sufrido”.
“Ahora me dispongo a emprender un viaje penitencial que espero que, con la gracia de Dios, pueda contribuir al camino de sanación y reconciliación emprendido ya”, finalizó el papa. Se trata de un viaje muy importante para Francisco, que sin embargo se vio obligado a suspender los previstos a Sudán del Sur y República Democrática del Congo por su estado de salud.
Su peregrinación, entre el 24 y 30 de julio, llega después de conocerse que poblaciones indígenas como los inuit o métis sufrieron abusos en internados gestionados por la Iglesia Católica durante los procesos de asimilación forzada en los siglos citados.