Ing. Carmelo Durán
carmelo.duran
@transparencia.gob.gt
Una frase que recurrentemente escucho mencionar es: “Locura es hacer lo mismo y esperar resultados diferentes”. Por supuesto que es una locura, se responde a dicha frase; sin embargo, al momento de aplicarla de manera personal, ¿acaso no seguimos haciendo lo mismo y esperamos resultados diferentes? Se lo dejo de reflexión al amable lector.
Siempre he creído que es más fácil decir que hacer. Cambiar creencias es una de las acciones más difíciles para el ser humano, requiere de valentía, coraje y decisión. Generalmente, la solución está en que otra persona cambie pero yo no.
Un consejo que una vez me dieron y lo adopté para mi vida es: “Rodéate de personas más inteligentes que tú”. El seguir dicho consejo me ha llevado a encontrar a verdaderos maestros de vida que me han brindado enseñanzas valiosas para cambiar.
Pensar fuera de la caja sí se puede hacer. En otros países se ha logrado y en Guatemala tenemos todo para hacerlo.
Recientemente, uno de ellos mencionó lo siguiente: para pensar fuera de la caja, lo que se necesita es rodearte de personas que ya piensen fuera de la caja; ya que, si estás rodeado de personas que piensan igual que tú, no se logra ver más allá de los límites de la caja. Recuerda: “Locura es hacer lo mismo y esperar resultados diferentes”.
Hago referencia al contexto anterior, debido a que, desde agosto 2021, Guatemala tiene la gran oportunidad de pensar fuera de la caja, dada la aprobación del Decreto 5-2021: Simplificación de requisitos y trámites administrativos. De la cual la Comisión de Gobierno Abierto y Electrónico (GAE) es una de las entidades responsables de su promoción en el Organismo Ejecutivo.
Con este Decreto, las instituciones tienen la oportunidad de interactuar con el ciudadano de manera diferente, y aunque no es fácil, mucho menos rápido, es realmente gratificante ver el compromiso que los servidores públicos tienen al respecto.
De manera personal he enfatizado y repito constantemente lo siguiente: no hay que enfocarse únicamente en el aspecto tecnológico y en el de procesos; hay que tomar en consideración el aspecto humano, tanto desde la perspectiva hacia el ciudadano como hacia lo interno de las instituciones.
La experiencia me ha enseñado que podemos tener la computadora más rápida, con los mejores procesadores, con la memoria RAM al máximo, con gran espacio en disco, con los mejores y más actualizados programas instalados; pero si no hay personas que lo puedan operar, dar mantenimiento y actualizarlo, más pronto que tarde pasarán a formar parte de la decoración en las instalaciones del centro de datos.
El problema no es tecnológico, el problema es que las personas queramos cambiar y hacer las cosas de manera diferente. No basta con tener el mejor equipo, los mejores programas, los procesos simplificados, si las personas, tanto servidores públicos como los ciudadanos, no saben hacer uso eficiente de estos.
Desde hace varios años, en relación con el tema tan mencionado de Transformación Digital, el mantra que he venido repitiendo es: “La Transformación primero es humana; después, digital”. Si nos enfocamos únicamente en las herramientas y soluciones tecnológicas y dejamos por un lado el factor humano, corremos un alto riesgo de que las propuestas sean cortoplacistas y rápidamente dejen de ser usadas.
El pensar fuera de la caja sí se puede hacer, no tengo ninguna duda de ello. He visto cómo en otros países se ha logrado y en Guatemala tenemos todo para hacerlo. Importante es hacerlo con un objetivo claro y con una estrategia que permita alcanzarlo.