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La presidenta de la Cámara Internacional de Comercio (ICC, por sus siglas en inglés), María Fernanda Garza Merodio, aseguró ayer que los gobiernos deben invertir en infraestructura para contrarrestar la inflación que afecta a todo el mundo y potenciar las cadenas de suministro.
“Una empresa solamente puede ser eficiente hacia adentro hasta un cierto nivel. A partir de ese nivel, las eficiencias son locales; es decir, es la infraestructura que el país en el que opera le ofrece (a una empresa)”, comentó la mexicana, quien se convirtió en la primera mujer al frente de la ICC desde el pasado 14 de junio, organización global que representa a más de 45 millones de empresas alrededor de 130 países.
Garza Merodio señaló que se abre “una gran oportunidad para todos los países del mundo para actualizar su infraestructura para el comercio, con base en las demandas de los consumidores actuales y el comercio electrónico que espera entregar un producto a los tres días de recibir el pedido”.
14 de junio pasado fue electa Garza Merodio.
La presidenta de la ICC hasta 2024 expresó que ahora las empresas no requieren instalar una matriz o sede en un país para poder comercializar sus bienes o servicios, sino que requieren que se mejore la infraestructura del comercio internacional “en cuanto a transportes, en cuanto a puertos, en cuanto al almacenamiento. En general, todo tiene que cambiar”, reflexionó.
Sobre la inflación que se ha exacerbado en todo el mundo por el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia y que afecta principalmente los bolsillos de los ciudadanos, indicó que no solo se podrá contener con el incremento de tasas de interés por los bancos nacionales, sino que se requerirá mantener el comercio global activo, principalmente en los sectores energético y de alimentos.
La ejecutiva también hizo un llamado a las naciones para “evitar tentaciones de poner barreras arancelarias, tarifas o impuestos a la exportación de alimentos”, que han visto incrementos en sus precios alrededor de todo el mundo, por el alza de costos en insumos como los combustibles y granos básicos como el trigo, el maíz y la soya.
“Es el momento de mantener las cadenas de valor abiertas, y el llamado que hacemos a todos los países del mundo es que no vayan a restringir el comercio en la exportación de alimentos porque la situación, el problema que enfrentamos, va a ser mucho peor”, refirió.