Busca fomentar una cultura para el mejor aprovechamiento de los recursos a través de estrategias para estar conscientes del impacto en su consumo. Es decir, dar una oportunidad a los alimentos para su mejor uso mientras se cuida el medioambiente.
Si nos preguntamos, ¿qué es el desperdicio de alimentos? De acuerdo con la FAO: se refiere a las pérdidas derivadas de la decisión de desechar los alimentos que todavía tienen valor y se asocia principalmente con el comportamiento de los vendedores mayoristas y minoristas, servicios de venta de comida y consumidores. A manera de ejemplo: desechar alimentos que han cambiado de apariencia, han sobrepasado su fecha de caducidad o por una mala planificación en las compras, entre otros.
Guatemala es un país con gran riqueza gastronómica.
Cabe mencionar que Guatemala es un país con gran riqueza gastronómica: sus tierras permiten cosechar variedad de productos. Sin embargo, atraviesa por una gran crisis alimentaria, lo que lo sitúa entre los países con mayores índices de desnutrición crónica. Asimismo, ciertos estudios refieren a que gran parte de los desechos se componen por residuos alimentarios, según el estudio del Instituto de Investigación y Proyección sobre Ambiente Natural (IARNA), “cerca de la tercera parte de las partes comestibles de los alimentos producidos para consumo humano se pierde o desperdicia a lo largo de la cadena de suministro. Esto representa 1300 millones de toneladas de alimentos al año, lo que sería suficiente para alimentar a 2 mil millones de personas”.
Como consumidores podemos realizar pequeñas acciones que contribuyan a reducir estos índices porque deberíamos ser responsables del consumo familiar.
Por ejemplo planificar un menú semanal tomando en consideración los ingredientes que tenemos en casa tanto en la despensa como en el refrigerador, rotar adecuadamente lo que ya tienes en casa, así necesitará comprar estrictamente lo necesario y utilizarlo adecuadamente.
Prefiera los productos de temporada que estarán en su mejor momento en el mercado o los productos locales para que los productores puedan vender su cosecha y evitar que tiren lo que han dejado de vender, cuidar el tamaño de las porciones y si llegará a sobrar, incluir estos sobrantes en la recreación de platillos como por ejemplo si sobra caldo de res, hacer una fritanga o sofrito que se prepara con el picado de las carnes y vegetales o licuar los ingredientes para crear una sopa de vegetales, con los sobrantes de pan, utilizarlo como miga de pan.
También puede congelar las preparaciones que han sobrado para tenerla listas para otros tiempos de comida, prepare mermeladas, salsas o deshidrate las frutas, utilice polvos de frutas o vegetales en salsas o helados y muy importante al salir a comer, ordenar lo que sí se consumirá o llevar a casa el sobrante de la comida. Con pequeñas acciones, podrá hacer la diferencia.
