Sala de Prensa
Vesna Mandakovic es profesora e investigadora del Instituto de Emprendimiento de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo (UDD). Ingeniera comercial y doctora en Economía, ha centrado su trabajo académico e investigativo en el estudio del emprendimiento en ecosistemas de innovación, principalmente bajo la mirada de la economía.
Su experiencia en el área es amplia. Cuenta ya con casi 12 años de trayectoria en investigar “cómo generar una economía que sea más emprendedora y en donde los emprendedores sean un motor de desarrollo”, señala. Trayectoria que le ha permitido, entre otros logros, ser consejera del Comité de Emprendimiento de la Corfo y de la Comisión Nacional de Productividad, así como también ser directora de destacadas empresas.
Cuando habla de su trabajo en la UDD, comenta que el proyecto que más la ha marcado es el de GEM Chile (Global Entrepreneurship Monitor), el cual le tocó liderar por un tiempo y cuyo objetivo es medir la actividad emprendedora y sus condicionantes, buscando identificar áreas de oportunidad para la aplicación de políticas públicas eficientes en promover el emprendimiento, algo que no se hacía previamente.
Hay muchas mujeres que cuentan con todas las
capacidades.
“Se mide quién es el empleador, si eres autoempleado o no, pero el emprendedor, en todas sus dimensiones, no se abordaba, por lo que meterme en ese mundo y entender la lógica que hay detrás, desde la Universidad, fue muy interesante”, explica.
Cuando le consultaron, ¿qué sentiste al liderar ese proyecto?, respondió: “Lo que más me motiva de liderar proyectos de investigación o trabajar en equipos de liderazgo, desde el punto de vista de ser mujer, tiene que ver con el impacto que genera en las próximas generaciones, en mis alumnos, que eso se puede hacer y se puede hacer bien, independiente de tu género. Creo que uno tiene el rol de transmitir a las próximas generaciones la idea de que esto sí se puede”.
En este sentido, señala que hay muchas mujeres que cuentan con todas las capacidades para ser emprendedoras, pero ellas no lo sienten así. “Creen que tienen una menor autoeficacia que los hombres emprendedores, pero una vez que ya parten con el proceso, pueden emprender en distintas áreas e industrias. En algunos casos, mujeres en situaciones más vulnerables, son capaces incluso de generar movilidad social”, analiza.
Y aunque aún existen ciertos desafíos, como abrirse puertas en un mundo masculino y compatibilizar la carrera con la vida personal, por ejemplo, con la maternidad, reflexiona que “si uno está feliz haciendo lo que hace, es el mejor legado que uno les puede dejar a los hijos”. Por esta razón, invita a todas las mujeres a “hacer lo que quieran. Si quieren entrar en el mundo de la economía, por ejemplo, lo pueden hacer; son capaces”, concluye.