Juan Everardo Chuc Xum
El 23 de mayo recién pasado, la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (Senacyt) presentó la Política interna contra el racismo y la discriminación racial. La Secretaría Nacional en mención tiene como misión: “Promover la generación y el uso de la ciencia, tecnología e innovación, construyendo espacios de colaboración entre los sectores académicos, público, productivo y sociedad civil, para impulsar el desarrollo de Guatemala”. El ensueño de Senacyt plasmado en su misión y en sus objetivos estratégicos como, por ejemplo: “Promover la investigación interdisciplinaria, multidisciplinaria y transdisciplinaria, que responda a demandas sociales y de producción para el desarrollo integral del país”, es necesario y plausible, ya que un país sin investigación, sin evolución de su ciencia y tecnología es un país sin futuro; en el caso de Guatemala, se deben aprovechar los saberes y los conocimientos de los pueblos indígenas para responderle de manera adecuada a la nación plural. Este tipo de acción afirmativa como la política en mención y su puesta en práctica me dan la esperanza de que mejoraremos, como sociedad, pero requiere tomar conciencia y acción como lo describe la Senacyt, que la cultura de la desigualdad, así como la presencia histórica de racismo y discriminación racial en el ámbito nacional e internacional; particularmente, en la prestación de los servicios públicos, repercuten de manera negativa en la vida de las personas y en la dinámica laboral, por lo que Senacyt busca ser un espacio seguro, inclusivo y libre de discriminación racial para todas y todos sus colaboradores, contratistas, usuarios y proveedores, rechazando todo tipo de manifestaciones que denigren, excluyan o restrinjan derechos de personas indígenas. La apuesta al combate de los flagelos sociales en mención es una buena medida y modelo institucional, para corregir los trastornos que causa el racismo y la discriminación racial y, seguramente, para atender mejor la sabiduría y los conocimientos ancestrales que son producto de experiencia de vida y no de experimentos científicos, y con ello tener una cultura más democrática en la generación y el uso de la ciencia, la tecnología e innovación en Guatemala. Utz ktzijoj lechomaniq’ nan/tat.