Foto: FAO
El impacto del Covid-19 y su crisis económica derivada agravaron, aún más, el uso de la mano de obra infantil en la agricultura en el mundo, el sector económico que más ejerce este tipo de explotación. Ya en 2016 y 2022, se habían cuadriplicado las cifras.
Según advirtió ayer la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), durante la V edición de la Conferencia Global sobre la Eliminación del Trabajo Infantil, que se celebra esta semana en Durban, Sudáfrica, el problema es especialmente prevalente en la agricultura de pequeña escala.
15 millones crecieron las contrataciones entre 2016 y 2020.
“Las consecuencias socioeconómicas del Covid-19 en la seguridad alimentaria y en los sustentos agrícolas han empujado a más niños a labores agrícolas”, admitió Bernd Seiffert, experto en Prevención de la FAO.
De acuerdo con las cifras recopiladas por la ONU hasta mediados de 2021, el sector primario concentra un 70 por ciento de estas contrataciones, lo que supone que unos 120 millones de niños y niñas son explotados para actividades como la ganadería, la cosecha o la pesca.