Frank Gálvez
Locutor y Periodista
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América Latina como región privilegiada está dotada de muchísimos recursos naturales y bien situada con respecto a los grandes mercados, pero regularmente debe efectuar medidas de estabilización a corto plazo para ayudar al territorio a mejorar la situación económica pospandemia y reducir la inflación.
Implementar cambios funcionales para abordar la desintegración de las sociedades, el desempleo y la creciente pobreza en las Américas es una espada de Damocles, donde tomar decisiones sin un examen crítico de los programas económicos que han estado en vigor y sin una indagación seria de los sistemas políticos es patentemente imposible.
Los ciudadanos de nuestro Istmo centroamericano han sufrido las secuelas de incontables desastres naturales, sintiendo la gradual polarización social y mercantil en sus respectivos países desde finales del siglo pasado. Pero el futuro guarda una esperanza inconmensurable para nuestra nación: según el Fondo Monetario Internacional (FMI), en su Declaración final de la misión de la Consulta del Artículo IV correspondiente a 2022, se indica que: ¨La economía guatemalteca repuntó con fuerza en 2021 y, según las proyecciones, retomará la tendencia de crecimiento previa a la pandemia en 2022.
La diversificación y la globalización son las claves del futuro“ (Fujio Mitarai).
El sector bancario conserva la solidez en términos globales, y las medidas relacionadas con la pandemia se eliminaron debidamente en forma gradual el año pasado. Por ende, las perspectivas siguen en general siendo positivas, aunque están sujetas a riesgos externos elevados. Es crítico sostener la recuperación y hacer frente a necesidades sociales y de infraestructura de larga data para promover un crecimiento inclusivo.
Continuar con las reformas encaminadas a mejorar el clima de negocios es esencial para afianzar las perspectivas y mejorar la resiliencia a varios choques (incluidos los relacionados con el cambio climático). Todos necesitaremos visiones creativas sobre cómo se valoran y organizan nuestras vidas rumbo a 2023, preparándonos para un futuro competitivo en rápido progreso.
Los capitales de las naciones industrializadas se han entretejido progresivamente a través de productos y comercio como los brazos abiertos de la más incondicional globalización. Restablecer la intuición sobre nuestras inversiones será fundamental para el bienestar propio, en un mundo donde nuestra economía y el significado de familia están evolucionando.