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Luuk de Jong, con un cabezazo en tiempo de prolongación, rescató al Barcelona, que con tres penales en contra de los que dos fueron gol, necesitó de un tanto milagroso para ganarle al Levante.
La emoción estaba reservada para la segunda parte del encuentro, que empezó con la mejor acción ofensiva del Barcelona hasta entonces en un remate de cabeza de Ferran Torres, que repelió Cárdenas en la jugada previa al penal que sancionó el colegiado, por una entrada de Alves a Son. Morales no dio opción a Ter Stegen y adelantó a su equipo. Dos minutos después hubo un nuevo penal en la misma área, ahora por mano de Eric García a la salida de un córner. Lanzó Roger, pero Ter Stegen desvió en una buena intervención.
El Barcelona reaccionó de inmediato y un cabezazo de Aubameyang a centró de Dembelé equilibró el encuentro cuando Gavi y Pedri acababan de saltar al terreno de juego.
Cuatro minutos después, una combinación entre estos dos jugadores permitió que Pedri hiciera el segundo del Barcelona con un remate colocado.
De un posible 2-0 se había pasado a un 1-2 en un suspiro. El partido se había revolucionado con los tres goles, el penal fallado y la reacción visitante, pero al entrar en el cuarto de hora final, se serenó, ya que el objetivo del equipo forastero era mantener el control del juego y el Levante no tenía la vivacidad de la primera parte para contragolpe.
La intensidad volvió al final, con un nuevo penal, transformado por Melero para los locales y el gol milagroso del Barcelona en tiempo de prolongación.