En el mundo vegetal, las flores constituyen una pieza fundamental en el proceso de reproducción de las plantas. Para realizar su cometido de preservar la especie, se revisten de una extensa gama de colores, a fin de atraer a los agentes polinizadores.
Los seres humanos aprovechan el colorido de las citadas especies, que son piedras preciosas vivientes, para elaborar arreglos artísticos que llevan mensajes de afecto, de congratulación o simpatía.
El 10 de abril fue declarado Día de la Florista, para rendir homenaje a las mujeres y hombres que se dedican al arte de preparar adornos.
“Los arreglos florales no son hechos en forma caprichosa”, dice María Lissette Castillo Samayoa, profesora internacional de la Escuela Iberoamericana de Arte Floral (EIAF). “Se hacen conforme a un esquema de ordenación del arte floral”, agrega.
La ordenación está contenida en una biblia del arte floral, que describe técnicas compositivas y constructivas, universalmente válidas, de modo que cualquier profesional puede tener la misma lectura.
“La floristería es una actividad muy gratificante,pero requiere formación sólida”, explica Adilis Orozco, coordinadora de EIAF Guatemala. “El entusiasmo es muy importante, mas no es suficiente. Se necesita tener preparación, como en cualquier otra profesión”, añade.
Creatividad
“La floristería es una actividad que puede considerarse un arte, porque implica creatividad. Todos somos creativos, pero cuando uno se inclina por el mundo floral, debe tener las técnicas apropiadas, para encauzar correctamente esa creatividad”, señala Orozco.