Vicerrector de Posgrado, Educación Continua y Extensión
Se inicia el mandato de Gabriel Boric como Presidente de la República. Asume cuando quedan algo menos de cuatro meses para el término del plazo que tiene la Convención Constitucional para entregar una propuesta de nueva Constitución.
El éxito del Gobierno estará marcado por el texto constitucional que se apruebe. En efecto, de haber una nueva Constitución, esta llevará la firma del presidente Boric. Además, la capacidad de implementar políticas públicas en Chile estará determinada por el contenido y orientación del texto constitucional. Por ello, el primer interesado en una buena propuesta constitucional debe ser el propio mandatario.
La Constitución debe permitir que todos se sientan representados.
¿Cuál será la actitud del presidente y de la coalición de gobierno ante el contenido que genera la Convención?, ¿Cuál será la posición que tomarán el líder de agenda programática y política y el líder de la agenda económica ante las propuestas que se están desarrollando? Desde ahora, el gobierno del presidente Boric y su coalición Apruebo Dignidad deben manifestar en votos de la Convención el tipo de Constitución que quieren para Chile.
La Constitución debe permitir que todos se sientan representados (que no sea la Constitución de algunos), y que genere las reglas básicas que permitan a los chilenos desarrollar su proyecto de vida con libertad y con oportunidades.
Los estudios de opinión pública han dado cuenta de un creciente porcentaje de chilenos que manifiesta dudas sobre el trabajo de la Convención, e incluso que evalúan rechazar su propuesta. ¿Por qué ese cambio? Diversas razones, pero posiblemente porque se evidencia una falta de conversación y acuerdos, porque se plantean posiciones radicales, y porque el foco ha estado en dar privilegios a grupos especiales (pueblos indígenas, por ejemplo) en vez de establecer reglas pensando en la mayoría de los chilenos. No se está redactando una Constitución que represente a todos ellos.
Chile viene de años difíciles, de conflicto político, de crisis sanitaria y económica, y enfrenta un entorno desafiante y exigente.
La Constitución que se apruebe es muy importante. El tiempo es breve. Son menos de cuatro meses, y el gobierno que asume debe elegir si dejará que siga adelante la radicalidad y maximalismo constitucional, o si ejercerá liderazgo para acordar un texto que contribuya al progreso de Chile. El presidente Gabriel Boric tiene la palabra.