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Cada año, el Miércoles de Ceniza marca el comienzo de una época de reflexión para los fieles católicos, que en su fe se preparan para recibir el reino de los cielos con la muerte y resurrección de Cristo.
Abel García Méndez, rector de la iglesia Nuestra Señora del Carmen, en la zona 1 capitalina, explicó que la ceniza recuerda “que somos efímeros, que somos pasajeros y que venimos de la tierra y a ella volveremos”.
De acuerdo con el sacerdote, en esta fecha se recoge un antiguo penitencial de los judíos, que tras sentirse culpables de algo, acudían a recibir el perdón de Dios, se rasgaban las vestiduras y se colocaban el polvo en la cabeza.
“La imposición de la ceniza significa un compromiso personal con Dios.” Abel García Méndez Iglesia Nuestra Señora del Carmen
El religioso refiere que junto a la Cuaresma comienza una época de preparación y de cambio. Para la Iglesia católica, estos 40 días significan el tiempo oportuno de purificación y el momento propicio para alejarse de todo aquello que distrae.
Preparación e imposición
La ceniza proviene de las flores que los feligreses ofrecieron, un año antes, a la procesión que recorre las calles el Domingo de Ramos. El rito surge luego de que la Iglesia se planteó de dónde sacar el material de la imposición.
El proceso de elaboración implica un par de días, aunque, semanas previas al Miércoles de Ceniza, las iglesias solicitan a los feligreses que lleven sus ramos secos para incinerarlos.
40 días implica, para los feligreses, el tiempo de purificación.
La quema no es un acto solemne, pero conlleva un proceso meticuloso. Primero, se deben quemar únicamente las palmas, ya que las flores no generan ceniza.
Luego, los residuos se dejan enfriar, antes de cernirlos y quitar los excesos. Ya preparado el material, cada sacerdote lo bendice, ya sea un día antes o previamente al comienzo de la eucaristía.
Normalmente, la ceniza se moja y se impone como una cruz en la frente del creyente; sin embargo, este año, como el anterior, se dejará caer sobre la cabeza, como medida de prevención ante el Covid-19.
El ritual de imposición de la cruz permite dos frases: la antigua, que reza: “Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás”, y la moderna, que sugiere: “Conviértete y cree en el Evangelio”.