Fotos: EFE
El Barcelona dejó a un lado su habitual sufrimiento como visitante, en las grandes noches europeas de los últimos años, para firmar una exhibición sobre el Nápoles (2-4), en el Estadio Diego Armando Maradona.
Insigne sacaba mal en corto un córner en una jugada ensayada, y el conjunto azulgrana robaba el balón para armar una contra a toda velocidad entre Aubameyang, Adama y Jordi Alba, quien batía a Meret, a los 8 minutos.
Cinco minutos después, un rechace de la zaga local lo recogía Ferran Torres, que cedía de espuela a Frenkie de Jong para que este hiciera el 2-0.
Insigne, de penal, acortaba distancias para su equipo, pero el Barcelona no acusó el inesperado contratiempo y siguió dominando a placer a la escuadra transalpina.
El Barsa recuperaba la diferencia de dos tantos justo antes del descanso, cuando Piqué cruzaba a la cepa del poste un balón rechazado por la defensa.
Adama habilitó a Aubameyang para que fusilara de primera al meta del Nápoles e hiciera el 1-4, cuando el partido estaba a punto de llegar a la hora. Un desenlace inesperadamente plácido para un Barsa que se relajó en la recta final.