Mushahid Hussain
Inter Press Service
El segundo cambio importante, en opinión de Savio, es la crisis del capitalismo; menciona una cita de Nikita Khrushchev en 1960 de que “el capitalismo no puede resolver los problemas sociales”.
La injusticia es suprema. Durante la pandemia del coronavirus algunas personas recibieron un bono de mil millones de dólares, con lo que las 50 personas más ricas aumentaron su riqueza en 27 por ciento, mientras que más de 500 millones de los más pobres fueron empujados por debajo de la línea de pobreza.
Savio añade que la mayor parte del Occidente capitalista también enfrenta otras crisis, como teorías de conspiración en abundancia que van desde la campaña contra las vacunas hasta nociones extrañas con 60 millones de evangélicos en Estados Unidos convencidos de la segunda venida de Cristo, o desde QA Non hasta el de los alocados brebajes de conspiración Birds Aren’t Real, que sin embargo han obtenido el apoyo de una gran parte de los estadounidenses.
”La sociedad ha perdido su brújula moral, con la cultura de la codicia como fórmula suprema“.
A pesar de la campaña racista de la derecha contra los inmigrantes, las economías occidentales cada vez más no podrán funcionar sin trabajadores extranjeros.
Savio cita cifras: “Alemania necesita 600 mil nuevos trabajadores migrantes, mientras que Canadá necesita 300 mil” para habilidades y trabajos que los locales ya no están dispuestos a hacer. El tema central es que “la sociedad ha perdido su brújula moral, con la cultura de la codicia como fórmula suprema” en el Occidente capitalista.
Dado este contexto de una cultura de “la codicia es buena” Savio sostiene que la llamada Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de las grandes empresas es como “cerrar los establos después de que los caballos se han escapado”. En realidad, concluye acertadamente: “El sistema capitalista se ha derrumbado”.
Sin embargo, el tercer factor es la mayor preocupación de Savio: el futuro de Europa y la inminente Nueva Guerra Fría. Es muy crítico con la OTAN ya que “es una estructura de guerra, siempre en busca de nuevos enemigos, logrando que Rusia y China se acercaran”.
Al criticar a la OTAN por agregar a China a su lista de “principales desafíos y amenazas”, Savio pregunta: “¿En qué tramo de la imaginación forma parte China del Atlántico Norte? Este es un ejercicio inútil”. Además, está convencido de que “Trump volverá en 2024, y una cosa es segura, Trump no está interesado en gastar dinero estadounidense en la guerra”.
Quizás el único lado positivo en un escenario sombrío, mientras que con la salida de (Angela) Merkel, Europa se queda sin líderes. Savio cita después a su difunto amigo, el ex secretario general de la ONU, Boutros Boutros Ghali, diciéndole que “los estadounidenses son pésimos aliados y terribles enemigos”, y el mayor problema es que “los estadounidenses no quieren que se les diga ¡Sí, quieren que se les diga, sí señor!”.
Afortunadamente, en un mundo de multipolaridad que requiere multilateralismo, hay muy pocos países en el mundo de hoy que simplemente accedan a la oferta de Estados Unidos con un movimiento de cabeza de “¡Sí, señor!” Roberto Savio es en realidad parte de una raza en extinción, el ‘último de los mohicanos’, idealistas que fueron constructores en la búsqueda de un mañana mejor, para quienes la buena lucha es presentar la verdad, la verdad sin adornos, mientras dan voz a los sin voz, tarea que ha realizado admirablemente. ¡Más poder a su pluma!