Dr. Jorge Antonio Ortega G.
La Educación en cuatro dimensiones con respecto a un nuevo modelo educativo se describe en los siguientes indicadores: El conocimiento moderno y los temas tradicionales.Deben introducirse contenidos modernos como la robótica, el espíritu empresarial, la programación y las comunicaciones. Sin embargo, algunos contenidos tradicionales tales como lectura, matemática y lenguaje aún son fundacionales. Profundidad y amplitud. Aunque hay una cantidad limitada de tiempo escolar, creemos que es fundamental que el currículo aliente tanto la profundidad (la pericia respecto de dominios específicos del conocimiento) como la amplitud (la visión general y la comprensión del paisaje del conocimiento en diferentes áreas de contenidos). Se debería alentar a los estudiantes a realizar conexiones entre los contenidos a medida que se sumergen profundamente en una selección de ellos. Ciencia, tecnología, matemáticas y humanidades.Aunque hay una gran demanda de empleos relacionados con las TIC, la versatilidad es una buena protección contra la incertidumbre ante el futuro. Los programas de humanidades y de artes bien diseñados, implementados exitosamente, pueden enseñar muchas de las habilidades requeridas para una amplia variedad de carreras (el pensamiento crítico, la creatividad, etcétera). La educación artística estimula el pensamiento creativo y la autopercepción de los estudiantes, favorece también el clima escolar, entre otras cosas. La mente y el cuerpo.Como dice el antiguo refrán: mente sana en cuerpo sano. Incluir oportunidades para desarrollar los hábitos de alimentación saludable, el ejercicio, la relajación y el entrenamiento mental, los deportes y el atletismo, entre otros, ha demostrado generar grandes beneficios para el aprendizaje, la motivación y el autodesarrollo. El conocimiento, las habilidades, las actitudes y el meta aprendizaje.Un creciente número de investigaciones proveniente de una amplia gama de campos ha apuntado a la necesidad de equilibrar el conocimiento de contenidos con la comprensión a través de habilidades que vinculan dicho conocimiento con el mundo real, actitudes que construyen motivación, resiliencia e inteligencia social/emocional, y estrategias de metaaprendizaje que contribuyen a que los estudiantes sean aprendices reflexivos, autodirigidos y expertos. Objetivos y necesidades personales y sociales.Es tentador proponer la pregunta: ¿debería yo hacer lo que es mejor para mí, o lo que es mejor para mi comunidad/sociedad? Sin embargo, según lo discutido anteriormente, no es necesario elegir entre lo uno y lo otro. Los objetivos de los individuos y de las sociedades pueden trabajar concertados de manera tal que cada uno realce al otro. Idealmente, la gente encuentra o crea un puesto de trabajo que hace uso de sus talentos, que se alinea con sus pasiones, y con eso contribuye a mejorar el mundo. Perspectivas globales y locales.Aunque nuestro marco se enfoca en una perspectiva global tendiente a un marco unificador, intencionalmente deja espacio para que cada comunidad determine por sí misma aquello que estima importante incluir desde su perspectiva local. A fin de que este marco sea efectivo, debe estar profundamente internalizado y ser utilizado para rediseñar los estándares actuales. Sin embargo, esto no puede conducir a un nuevo “estándar normal” rígido e inmutable. Los ideales de progreso social y el respeto por las normas locales.Pensamos que el progreso social es ampliamente aplicable en todo el mundo. A gran escala, esto tiene que ver con la preocupación universal porque todos tengan suficientes alimentos y agua en nuestras comunidades, viviendo en paz y sustentablemente. El objetivo medular de los anteriores objetivos educativos es en sí, aprender de la experiencia y apuntalar las bases de la educación para el tercer milenio. Con esta base de referencia se puede construir el nuevo modelo educativo con la mayoría de los enigmas resueltos hacia el porvenir. Al final es una invitación a construir el futuro de acuerdo con valores y necesidades humanas.