Aleida Rueda
Agencia Internacional de Noticias Inter Press Service (ips)
Aunque en los países en desarrollo el 43 por ciento de la fuerza laboral agrícola descansa en las mujeres, “las políticas del agua relacionadas con la agricultura siguen asumiendo erróneamente que los agricultores son hombres, marginando así a las mujeres en la gestión de los recursos hídricos”, dice la FAO.
Esto tiene que ver con la forma en la que generalmente se asumen roles en la gestión del agua. Un informe de Naciones Unidas apunta que mientras los hombres están más concentrados en el agua para su uso agrícola y en el ganado, las mujeres tienen que asumir el uso del agua para la limpieza, el cuidado de hijos y de enfermos, así como para la eliminación de residuos.
En el ámbito rural, “cuando vemos que en más del 90 por ciento de los hogares hay una mujer a cargo de administrar el hogar y esta es la que tiene que lidiar con la escasez hídrica, uno dice: vaya que nos toca pesado a las mujeres“, dijo en una conferencia Claudia Papic, directora del Fondo de Agua de Santiago-Maipo, Chile, como parte de la Alianza Latinoamericana de Fondos de Agua. “La gestión del agua no está considerada desde un enfoque de derechos humanos, y menos de género”, dijo Rodríguez Herrera. Añadió que “al mirar las estrategias que hubo (durante la pandemia) para la salud, la prevención y la atención de personas enfermas de Covid-19, vemos una necesidad de contar con agua de buena calidad y en buena cantidad para resolver las problemáticas”.
Y eso implicó mayores impactos para las mujeres, “doble o triple jornada de trabajo doméstico y de cuidados, por todo lo que tiene que ver con las medidas sanitarias y, sin duda, la falta de acceso al agua de manera equitativa”.
Con la llegada de la pandemia por Covid, uno de los cambios más importantes fue el aumento en la demanda de agua de uso doméstico para limpiar superficies, bañarse y lavarse las manos, con el fin de cumplir con las medidas sanitarias recomendadas por las autoridades de salud. Como era de esperarse, y sobre todo en lugares con estrés hídrico, al aumentar la demanda, disminuyó la disponibilidad del recurso. Una encuesta realizada por WaterAid en 14 países de África y Asia del Sur, en enero de 2021, muestra que para el 65 por ciento de los encuestados el agua a la que la gente pudo acceder no fue suficiente para cubrir todos los usos diarios durante la emergencia.
Continuará…