Una nueva crisis política vive Honduras, luego de que se suscitó la elección de dos juntas directivas en propiedad en el Parlamento, una en la sede del Legislativo y otra en las afueras de Tegucigalpa, a tan solo tres días de que la nueva presidenta electa del país, Xiomara Castro, asuma el poder.
El entusiasmo que vivía el país centroamericano desde el 28 de noviembre pasado con el triunfo arrollador de Castro, líder del Partido Libertad y Refundación (Libre, izquierda), con 1.7 millones de votos, se ha convertido en un descontento, repudio e incertidumbre y el asomo de brotes de violencia.
El viernes pasado se eligió una junta directiva provisional del Congreso, en la que fue nombrado Jorge Cálix, del partido que lidera Castro, pero la presidenta no la reconoció; en cambio, dio paso a la decisión del partido Libre de expulsar a 20 disidentes.
Según los diputados que apoyan a Castro, la elección del viernes violentó normas parlamentarias, por lo que se originó una confrontación y golpes entre los involucrados.