Israel Gómez Córdova
Biblioteca INAP
El concepto de responsabilidad política se refiere, en cambio, a la
capacidad del electorado para hacer que las políticas gubernamentales respondan o se adecuen a sus preferencias. La responsabilidad política está íntimamente interconectada con el concepto de representación democrática.
La complejidad de las instituciones estatales impiden el control de la actividad gubernamental por parte de la sociedad. En este nuevo escenario, los organismos de control cumplen la función de “representar” la observación que debería hacer de manera directa el ciudadano.
Si a lo anteriormente expuesto le sumamos que la baja institucionalización y una ciudadanía de poca intensidad, que deriva en la falta de control horizontal de los ciudadanos, son las resultantes de la implementación actual de este modelo de democracia delegativa queda claro que la existencia de organismos de verificación gubernamental, independientes y solventes técnicamente, se constituyen en una necesidad de las democracias actuales, para la rendición de cuentas de los funcionarios elegidos por los políticos electos, que se encuentran por fuera del alcance de los métodos de la responsabilidad vertical.
Si el objetivo es hacer frente al problema de la integridad de las instituciones públicas, es necesario comprenderlas a su nivel y modelizar una lógica de lo apropiado.
No cabe duda al respecto de si los modelos organizacionales de control orientados a encontrar el análisis del desempeño son más proactivos en la búsqueda de mejoras de la administración pública que los de mero cumplimiento: la construcción de criterios amplios que incluyan análisis de contexto, y la construcción de recomendaciones colaborativas, hacen a los informes de gestión una herramienta de fortalecimiento.
Asimismo, que si el objetivo es hacer frente al problema de la integridad de las instituciones públicas es necesario comprenderlas a su nivel y modelizar una lógica de lo apropiado que conecte con los valores democráticos y el marco de lo correcto. Ya no hay discusión sobre la democracia como forma de gobierno y su estabilidad, sino que se avanza en poder medir y fortalecer la calidad del régimen.