Después de esas comidas copiosas y afines a diciembre, damos inicio a un nuevo año lleno de propósitos para la vida como es la alimentación saludable. Es por supuesto un término relativo y de forma personal las necesidades y enfoques son particulares.
Más allá de eliminar algunos ingredientes, podrían reducirse las cantidades y ser más cuidadosos con lo que se come. Algunos elementos considerados dañinos como la sal, las grasas saturadas o harinas refinadas son ejemplos para lograr encontrar sustitutos o bajar sus cantidades dentro de las preparaciones para evitar sacrificar el sabor y el producto final. Las recetas familiares han sido esenciales en nuestra dieta, podríamos empezar analizándolas para verificar sus ingredientes y de ser necesario considerar algunos sustitutos. Los métodos de cocción también se analizan para que sean saludables, es decir se aprecian los que no utilizan grasa como por ejemplo al vapor, hervido, asado, al horno o poca grasa como salteado, guisado o estofado, entre otros.
Es decir tampoco se desechan las recetas, por el contrario se adaptan o modifican para alcanzar nuestra meta, sin dejar de lado, introducir algunas opciones nuevas y así enriquecer las opciones existentes. Procure incluir pocos elementos, cuide la forma de cocinarlos y de contrastarlos para lograr potenciar sus sabores. Las cantidades importan y permiten reducirse o sustituirse como por ejemplo incluir carnes magras o pollo sin piel. Los ingredientes para las salsas serán menos grasosas, bajas en sal, el sabor podría provenir del uso de especias o hierbas aromáticas. Finalmente, el tamaño de la porción es la clave y se convierte en uno de los mayores retos sin dejar de afectar la percepción inicial del mismo y mantener por sobre todo su calidad.
Si se anima a crear o recrear recetas, considere incluir frutas o vegetales de diversos colores en su menú. Emplee algún tipo de grasa insaturada, elimine por completo las grasas trans. Prefiera los granos integrales como el arroz, simplemente baje los niveles de azúcares y sal, sin eliminar en su totalidad. Entonces, la pregunta será ¿cómo darle sabor a nuestras comidas? Las hierbas aromáticas serán sus aliadas para darle el sabor esperado a sus platillos.
El tamaño del plato influye porque, si es grande, deberá llenarlo con porciones abundantes o lucirá vacío con poco. El plato servido ayuda a controlar las cantidades, preste atención a lo que se sirve y evite repetir. El plato saludable consiste en servir el 50% del mismo con vegetales o frutas cocidos o crudos como ensaladas, 25% de carbohidratos como arroz integral y el 25% de proteína animal como carnes magras o de proteína vegetales como garbanzos, lentejas o frijoles. Entonces los vegetales son la parte más importante en el plato y, en la dieta, siempre muestre alturas, formas, sabores, textura, colores, etc. y con poco lucirán apetecibles. Con estos cambios logrará hacer la diferencia, recuerde que la comida debe ser saludable pero deliciosa!