Sin niños en los patios, los escritorios vacíos y los pizarrones sin letras escritas, 2021 fue el segundo año de pandemia en Guatemala con las escuelas cerradas y la educación impartida a distancia.
Aún así, hombres y mujeres, luchadores y comprometidos con su vocación, continuaron innovando sus métodos de enseñanza, con el objetivo de que la niñez y juventud siguiera formándose.
Michael Pocasangre, de 34 años, continuó con su labor de director de la Escuela Oficial Rural Mixta No. 803 de Fraijanes, Guatemala, la cual alberga a 356 alumnos de preprimaria y primaria.
En 2020, el cierre de los centros educativos fue un cambio abrupto para los involucrados en la educación, y en la escuela se implementaron guías pensadas por y para los niños. Mientras que en 2021 agregaron a su labor las clases en línea y por redes sociales.
“La labor del docente es incansable. Quiero agradecer a mis compañeros por dar más de lo que tienen que dar, y enseñar desde una pantalla”, resaltó Pocasangre.
Para Marta María Castillo, de 42 años, maestra del colegio Boston Bilingüe, ubicado en Ciudad Vieja, Sacatepéquez, la pandemia obligó a trabajar en línea para, en su caso, enseñar a 30 alumnos de preparatoria.
El 2022 se vislumbra esperanzador con el regreso presencial en los planteles. Para ello se continúa con la vacunación contra el Covid-19, como prevención y defensa de la comunidad educativa.