Daniel Soto Torres
Director del Magister en Desarrollo Organizacional y Dirección de Persona
Los cargos directivos y los profesionales de gestión de personas, innovación y consultoría, deberán enfrentar una demanda por soluciones a este desafío. Algunas claves serán: crear capacidades para innovar participativamente, crear equipos diversos en implementación de soluciones, graduar y adaptar las nuevas ideas a las particularidades; en suma, cambiar inteligentemente formas de trabajo. No tendríamos alternativa a la innovación, pues no es sostenible reducir la jornada laboral sin lograr, al menos, los mismos resultados obtenidos en la jornada actual.
Como siempre ocurre en sistemas complejos, nuestro sistema laboral experimentará esa transformación con un número muy elevado de variaciones en tiempo, forma y resultados. ¿Qué implica esa variabilidad? Fundamentalmente que a mayor búsqueda de homogeneidad por parte de la ley en las adaptaciones necesarias en las organizaciones, mayor resistencia habrá en ellas a esas normas homogéneas. Los procesos de trabajo se impactan de diferente manera según el grado de presencialidad requerido, la intensividad del uso de tecnología o mano de obra y la forma de interacción con los clientes o usuarios. No hay alternativa: debe existir gradualidad, tolerancia a variaciones, ajustes en plazos si iniciamos ese camino.
Persisten conductas y valores largamente aprendidos que tensionan la relación al interior de equipos de trabajo y entre estos y sus directivos.
Pero quizás el mayor desafío es que estas adaptaciones en las organizaciones requieren un alto nivel de confianza entre los actores. ¿Tenemos esa confianza? Este no es un activo abundante. En años recientes, especialmente en organizaciones chilenas de mayor tamaño, se han incorporado sistemas y prácticas participativas que estimulan la innovación y el liderazgo responsable. También ambientes de mayor seguridad psicológica. Sin embargo, persisten conductas y valores largamente aprendidos que tensionan la relación al interior de equipos de trabajo y entre estos y sus directivos. Nada de lo indicado es un límite infranqueable a cambios en nuestras organizaciones o en la jornada laboral. Lo importante es abordarlos con la seriedad y realismo que permiten múltiples perspectivas de análisis.