Dr. Jorge Antonio Ortega G.
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Los conceptos de seguridad y defensa no son términos nuevos para
la región; de hecho, durante el período comprendido entre 1854-1857 Centroamérica desarrolló una política común de defensa a través de esfuerzos diplomáticos, políticos y el empleo de sus fuerzas armadas unificadas, para expulsar a William Walker y sus tropas del territorio centroamericano.
En los inicios del siglo XX se logra el primer tratado de seguridad y defensa en común, adelantándose por más de cuatro décadas al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca TIAR de 1947. Todo afecta a la seguridad de las naciones, máxime en una región con las características de Centroamérica, con ingobernabilidad e interferencias extrarregionales como en los decenios de los sesenta y ochenta.
Hay variados juicios sobre lo sucedido, unos se inclinan por reprochar la presencia de agentes externos como responsables directos de los acontecimientos, otros sin embargo apuntan a una coincidencia de los eventos históricos regionales que fueron confabulando para construir un destino común a las naciones de América Central. La región estaba sumida en la pobreza, la violencia y la insurrección guerrillera.
El Istmo centroamericano, de la noche a la mañana, se convirtió en tierra fértil para un conflicto múltiple y dimensional sin precedentes en el hemisferio occidental.
El Istmo centroamericano, de la noche a la mañana, se convirtió en tierra fértil para un conflicto múltiple y dimensional sin precedentes en el hemisferio occidental, se constituyó en un área de conflicto ideológico o “caliente” dentro de la dinámica de la Guerra Fría; luego del fin de los conflictos internos, llega la reducción de los ejércitos, la desmovilización de los grupos guerrilleros y el inicio de las negociaciones de paz que aún están en proceso de consolidar sus objetivos. A raíz de lo anterior se establece el “… procedimiento para establecer una paz firme y duradera en Centroamérica”.
Este acuerdo impulsó la democratización, la pacificación y la integración regional a través de la creación del Sistema de Integración Centroamericana Sica. La estructura novedosa del Sica generó un sinfín de expectativas y variantes para lograr la solución de los problemas del Istmo centroamericano, que se encontraba saliendo de múltiples conflictos de variada intensidad.
El vórtice centroamericano se atajó desde la óptica de reducir a los ejércitos y desarme (supuesto balance de fuerzas regional ejecutado empíricamente) lo cual “… fortaleció el clima de confianza y seguridad en el Istmo” dejando fuera del sistema la defensa de los intereses nacionales y regionales, prácticamente la región quedo a la disposición de las amenazas, las cuales no tardaron en adquirir dividendos por la falta de presencia del estamento militar de los Estados centroamericanos.
Pero la desigualdad social, las precarias posibilidades de desarrollo humano, la falta de oportunidades, los intereses externos, las políticas de seguridad de los extremos de Centroamérica, así como otros factores de coyuntura han generado una nueva atmósfera violenta e inestable que repercute en América y sus relaciones con el mundo.
Las migraciones masivas, desintegración familiar, pérdida de valores, viudez blanca, proliferación de armas y su trasiego, así como el irrespeto a la vida y a la ley, hacen que la región sea descrita como altamente violenta.
El anterior indicador es necesario mezclarlo con otros insumos de la delincuencia, como extorsiones, robos, hurtos, secuestros, violencia doméstica, corrupción, sicariato y otros que tienen impacto en el desarrollo humano, la libertad de las personas y la seguridad de las naciones, para tener una mirada integral del problema de la inseguridad y la vulnerabilidad a la defensa de la institucionalidad de los Estados.
Si se mira en su conjunto y se le integra para su estudio se puede afirmar que la delincuencia organizada es el reto primordial de las instituciones responsables de la seguridad y defensa en la región de centroamericana. La diversificación y su carácter transnacional de su actuar hacen de la delincuencia organizada estructuras complejas y nocivas para el diario vivir y el desarrollo sostenido.