Sebastián Toledo
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el 14 de noviembre como el Día Mundial de la Diabetes, enfermedad que se incrementa cada año por variadas razones y afecta a los distintos sectores de población. Consiste en la concentración de glucosa en la sangre y que puede derivar en amputaciones, pérdida de la vista, del oído y otros problemas de salud, cuando no se tiene un adecuado control a partir del momento en que es detectada y se presenta en niños, jóvenes, adultos y personas mayores, hombres y mujeres.
En 2021, se impulsa en el mundo una campaña para generar conciencia sobre la magnitud de esta enfermedad y motivar la solidaridad hacia las personas que la presentan, educar y orientar sobre estilos de vida saludable. Ya que, como se ha indicado, la falta de cuidados, una dieta adecuada y el ejercicio diario hacen que la salud se deteriore, al punto de llegar a la pérdida de la vida después de costos muy elevados.
La diabetes es una de las principales causas de deficiencias físicas y sensoriales, que luego se traducen en condiciones de discapacidad y con ello, las limitaciones para participar en igualdad de oportunidades en las actividades del entorno. Por lo que es recomendable realizarse los chequeos médicos que correspondan, a manera de detectar a tiempo la enfermedad y prevenir las demás dificultades que se podrían derivar.
No existen datos sobre las personas que a consecuencia de la diabetes pueden adquirir una discapacidad, pero sí existen estudios que refieren esta situación, por lo que las instancias públicas y privadas vinculadas a la salud deben desarrollar campañas informativas al respecto. Que si bien la OMS ha declarado el 14 de noviembre para generar espacios de reflexión sobre el tema, deben existir acciones permanentes para reducir sus efectos.
Porque, además de los tratamientos clínicos e interdisciplinarios, debe proveerse a las personas las condiciones para su acceso a medicamentos, terapias y un trabajo social que le aseguren una calidad de vida. En Guatemala existen instituciones especializadas en la atención de las personas con diabetes, pero es indudable que deben intensificarse los esfuerzos, ya que la magnitud del problema es cada vez mayor y podría rebasar las capacidades del sistema nacional de salud.
