A veces las palabras “tenemos un problema” pueden ser el inicio de una experiencia única. Lo explico. Hace tres años fui invitado por Warner Bros a la cobertura periodística del Comic Con, de São Paulo. Hubo varios puntos llamativos a cubrir en la agenda, pero resaltaba el press-junket del filme Creed II, que incluía una entrevista con Tessa Thompson.
La actriz estadounidense era una de las presencias destacadas en esa convención. Fanáticos, prensa y productores la buscaban ya sea por su interpretación de Valkyrie, del Universo Cinematográfico de Marvel; Agent M, del filme Men in Black: International; o Bianca Taylor, de la saga de Creed.
Llegó el día de la entrevista. Después de casi dos horas de espera en la sala de prensa, entré en la habitación esquivando cámaras, luces y reflectores. Y sucedió lo inesperado. “David, tenemos un problema técnico. Espéranos unos minutos”, dijo la encargada de la grabación de video. Eso resultó una bendición porque, al final, esas palabras significaron: ¡Tiempo libre con la estrella!
No todos los días la vida te regala cinco minutos para conversar con una figura de Hollywood. Así que ahí estaba Tessa Thompson, sentada, con un vestido rarísimo color verde mostaza y con cuello de tortuga morado.
“La película Passing se encuentra en la plataforma Netflix ”.
Me presenté y le dije que me encantaba su personaje de Bianka y que creía que la pareja que interpretaba junto con Michael B. Jordan, en la saga Creed, me parecía que podía llegar a convertirse en los nuevos Rocky y Adrian. “Creo que sí. Hay cosas ‘cool’ acerca de ellos en términos de cómo hablan de un amor millenial. Ellos representan a una nueva generación”, me respondió. Comenzó a hablar acerca de la importancia de presentar este tipo de relaciones entre jóvenes afronorteamericanos dentro de filmes de Hollywood. Después me preguntó sobre Guatemala. En ese momento, a la plática solamente le hacían falta unos cafecitos o dos Antarcticas.
Intenté que me hablara acerca de ser Valkyrie en los filmes de Marvel, pero una mirada de un representante de Warner (la competencia) expresó mil palabras, por lo que Tessa solo me vio y sonrió. Mejor articulé una pregunta sobre Sylvester Stallone, pero las palabras “ya resolvimos el problema” dieron fin al hechizo. Hace poco recordé este encuentro con Tessa porque ya se puede ver en Netflix su nuevo filme, Passing, acerca de una mujer mulata que se hace pasar por blanca, incluso ante su marido, para beneficiarse del estatus social y económico que les era negado a los afrodescendientes en la década de 1920. Y dicen que su interpretación huele a una nominación al Oscar.
Al terminar la entrevista con Tessa, me despedí y regresé a la sala de prensa. “¿Por qué te tardaste tanto?”, me preguntaron los demás periodistas. “Es que, hubo un problema”, respondí, sin dejar de sonreír durante el resto del día.