Pepe Barbero ha ganado popularidad en el país, porque ha levantado una empresa que le permite realizarse e iniciar a otros en el arte del corte de pelo.
“Todo comenzó en el garage de la casa de mis abuelitos, en Boca del Monte, Villa Canales, con sillas plásticas y capas de bolsas negras. La barbería se llamaba Ossana”, recuerda José Madero, de 32 años, hoy conocido como Pepe Barbero.
La historia se inició hace 10 u 11 años, luego de dos emprendimientos fallidos. Tras cortarse el cabello, a los 19 años asume el reto de apostar por el oficio.
“Iba a varias barberías y no me gustaba cómo me quedaba el corte. Entonces, compré mi propia máquina. En ese entonces no había vídeos en YouTube ni en Facebook”, dijo.
Y continúa: “Empecé a cortarme el pelo y vi que podía. La necesidad económica me animó a emprender. Quería un sueldo y empecé con mi barbería, pequeña, de barrio, como le dicen. Cobraba Q10 el corte”, menciona.
A los 29 años comenzó a enseñar y, hace cuatro, abre la Academia Pepe Barbero, aunque, previamente, tomó cursos y capacitaciones, hasta alcanzar el certificado de educador.
La preparación incluyó la ciudad de Boston, en Estados Unidos, donde ganó experiencia, conoció otras técnicas y afinó el profesionalismo que lo caracteriza, pero, lo más importante, fue recibir la licencia en la Academia
Profesional Estilismo Real, que le permite certificar a sus alumnos.
Enseñar y compartir
De momento, Pepe Barbero registra más de 3000 graduados, quienes proceden de San Juan Sacatepéquez, Mixco, Quiché, Huehuetenango, Petén y Chiquimula. Incluso, tuvo alumnos de Argentina, Portugal, Honduras y
México.
“La misión de la academia es que las personas aprendan y generen sus propios ingresos”, reflexiona, previo a advertir que “el 98 por ciento de las personas que estudian” abre su barbería. La academia tiene una “panelita” llamada Barber Truck Pepe Barbero, la única en Guatemala que recorre las calles del país y regala cortes. Aunque la obra social no queda ahí.
Pepe ofrece becas de estudio, para las personas que necesitan trabajo, y acelera la enseñanza para quienes viven lejos y tienen problema de transporte. Los cursos tienen un costo de Q1400 y duran tres meses. Para quienes quieren especializarse, hay otro escalón que vale Q1400. Una de las características del proceso de enseñanza es que el alumno no tiene que llevar instrumentos, pues cualquiera de las 32 estaciones está equipada.