El bateador designado, el cubano Jorge Soler, pegó jonrón bueno para tres carreras y encendió la pólvora de los Bravos de Atlanta, que se acreditaron el título de la Serie Mundial de las Grandes Ligas, al blanquear por 7-0 a los Astros de Houston.
Los Bravos lograron el Clásico de Otoño, con números de 4-2 al mejor de 7, y pusieron final a la espera de 26 años sin ganarlo.
Atlanta, el equipo de 88 victorias en temporada regular, ahora es campeón de la Serie Mundial por cuarta vez en la historia de la franquicia y solo por segunda ocasión desde que se mudó a Atlanta, en 1966, el último lo habían ganado en 1995.
Los Bravos ganaron el título porque su abridor, Max Fried, estuvo sensacional en la final, con 6 entradas en blanco en las que permitió cuatro imparables sin pases libres y propinó 6 ponches.
También fueron claves el primera base Freddie Freeman y el campo corto Dansby Swanson, quienes sumaron carreras importantes. Freeman lo hizo con un doble remolcador en el quinto y un último jonrón, antes de la agencia libre en el séptimo; Swanson con un disparo de 4 esquinas de 2 carreras, en la quinta entrada.