Dr. Jorge Antonio Ortega G.
La forma de enseñanza-aprendizaje se resiste al cambio de paradigmas, se niega a dar el primer paso en la Revolución Educativa, tomando en cuenta que las profesiones y empleos actuales están desapareciendo, que se necesita visualizar el futuro de las nuevas generaciones y prepararlas para resolver las incógnitas de este nuevo siglo. Los esfuerzos en esa dirección son mínimos y aislados, lo cual no facilita la observación de la encrucijada del destino que depara para las instituciones educativas, los catedráticos y los estudiantes. Vargas Llosa en su ensayo de La Civilización del Espectáculo Hoy vivimos la primacía de las imágenes sobre las ideas (2012) desarrolla un análisis comparativo de cómo se está enseñando y el conflicto con las nuevas generaciones, la tecnología y las formas de percibir el entorno de los alumnos. Claro que hay ideas para aprender en el caos de la transformación de la sociedad. Todo se inicia con una disciplina de innovación, observar los cambios de intereses y necesidades del individuo, profundizar en las megatendencias y determinar por su comportamiento si van a desaparecer o se van a consolidar, fortalecer los métodos que son efectivos en este momento y extrapolarlos al futuro.
Teniendo un panorama de los retos en la educación, es posible rescatar la pauta de la enseñanza del futuro. El aprendizaje debe ser: Universal, Vitalicio y Permanente ¡Tremendo reto! Pero no imposible si existe la voluntad política de su desarrollo con bases firmes y siempre con la óptica a la incertidumbre del destino. La primera incógnita una educación universal ¿Qué necesita el individuo conocer y aprender en la posmodernidad? y luego estandarizar por regiones hasta llegar a globalizar el conocimiento. El conocimiento universal está a la mano y a la distancia de un click, pero para ello se necesita la pericia del operador del dispositivo electrónico y a partir del primer paso adoptar la tecnología como una plataforma multifunción al servicio del proceso y una herramienta espectacular para los usuarios. Cambio del rol del maestro en la cual se desempeña como guía de sus pupilos ¿quién con una luz se pierde? Algo muy importante en este tema es que el individuo con deseo de estandarizar su educación puede elegir a su mentor.
¿Qué necesita el individuo conocer y aprender en la posmodernidad?
¿Qué es lo que necesita el individuo del siglo XXI conocer? Es la incógnita por resolver ¿idiomas? ¿Cuáles? ¿Tecnología? ¿Historia? La lista puede crecer hacia el infinito, pero lo fundamental en la construcción del conocimiento a través de la investigación, la colaboración y la sinergia que permiten las redes educativas y los motores de búsqueda especializados. El aula para este siglo permite el aprendizaje en cualquier momento y lugar. Se rescata lo expresado por Albert Einstein “Yo no enseño a mis alumnos, solo les proporciono las condiciones en las que puedan aprender”. Aprendizaje Vitalicio es el reto para toda la vida y es lograr la facilidad, comodidad y seguridad de migrar en los procedimientos educativos, o sea no abandonar el crecimiento profesional luego de alcanzado un grado académico. Para lo anterior es necesario mantener la motivación por conocer y aprender sobre algo determinado o diversificar el conocimiento, cualquier decisión en este sentido es buena mientras se mantenga en el rumbo del aprendizaje. Aprendizaje Permanente es como la rutina de hacer ejercicio, el cerebro necesita ejercitarse día a día, no importa el horario, ni la forma, pero es necesario. La disyuntiva radica en especialización o diversificar el conocimiento que se adquiera en el diario vivir. Es una decisión personal y primordial. Existe todo un universo de conocimiento disponible, sin restricción donde solo se requiere ser diestro para explorar y una necesidad natural y voraz por disfrutar de lo adquirido a través de la investigación y la lectura.