Por Mika Kanervavuori
Representante de OACNUDH Guatemala
Los derechos humanos nos permiten abordar los temas estructurales que impiden el goce de una vida digna. Para hacerlo posible, los Estados necesitan implementar estrategias de desarrollo con enfoque de derechos humanos, poniendo a las personas en el centro, sin dejar a nadie atrás.
Identificar los desafíos de desarrollo implica, en primera instancia, precisar cuáles son los derechos a los que la población tiene menos acceso.
Por ejemplo, en Guatemala cerca del 70 por ciento de la población económicamente activa trabaja en el mercado informal. Una buena parte de las fuentes de agua está contaminada y no es apta para el consumo humano.
¿Cómo generamos acciones de desarrollo con enfoque de derechos humanos? El primer paso es conocer los derechos humanos y examinar la situación de esos derechos a partir su accesibilidad, asequibilidad, disponibilidad y calidad. En el caso del derecho a la alimentación, analizar su accesibilidad se referiría a determinar si las personas tienen acceso a alimentos sin recorrer largas distancias, a un costo que pueden cubrir, o que sea subsidiado por el Estado para poblaciones en condiciones de extrema vulnerabilidad.
Desde OACNUDH ponemos a disposición la ”Caja de Herramientas sobre derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA)“, para que se conozca más sobre estos derechos.
La asequibilidad requeriría un análisis a partir de la pertinencia de los alimentos, que sean adecuados para la cultura de las personas, y que sean nutritivos.
Respecto al elemento de disponibilidad, se debe observar el acceso a alimentos variados para que las personas puedan seleccionarlos de acuerdo con sus necesidades y, por último, valorar la calidad de los alimentos, si son sanos y adecuados. A partir de este análisis, el tercer paso es indagar cuáles son las brechas o “nudos” que impiden el acceso al derecho a la alimentación y, además, ¿cómo ponemos a las personas al centro? ¿Cómo aseguramos no dejar a nadie atrás?
Para esto es importante tener datos correctos y desglosados que permitan tomar buenas decisiones. Por ejemplo, del 46.8 por ciento de niñez menor de 5 años con desnutrición, ¿cuántas son niñas? ¿Cuántas de ellas viven en el área rural? ¿Cuántas son indígenas? ¿Cuántas viven en hogares monoparentales y cuántas van a la escuela? Necesitamos conocer las personas detrás de ese porcentaje.
Identificados esos problemas y conociendo quiénes están detrás de cada dato, es vital asegurar que las personas puedan participar y aportar tanto al análisis como al desarrollo de estrategias para resolver los problemas.
Resulta imprescindible que se anticipen aquellas estrategias de mayor importancia según el elemento del derecho que se considera más oportuno priorizar, y además que se focalicen acciones hacia la población en condiciones de vulnerabilidad.
Dicho de otra forma, priorizar a niñas indígenas, en situación de extrema pobreza, en el área rural, que no van a la escuela.
Finalmente, toda acción con enfoque de derechos humanos debe contar con un mecanismo de revisión periódica, con participación de las personas, altos estándares de transparencia, en el que la auditoría social contribuya al fortalecimiento del proceso.
Desde OACNUDH ponemos a disposición la “Caja de Herramientas sobre derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA)”, para que se conozca más sobre estos derechos. Además, siempre estamos con deseos de aportar en esta ruta a las instituciones del Gobierno, la sociedad civil, los pueblos indígenas, las empresas, la academia y a todas las personas que promueven un desarrollo sostenible e integral en el país. Para más información pueden consultr el sitio http://www.oacnudh.org.gt/desca/